Las 'fiestas blancas' o sexo con cocaína, que opinan expertos - N Digital
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Las ‘fiestas blancas’ o sexo con cocaína, que opinan expertos

Lo que se conoce en la prostitución como ‘Fiesta Blanca’ de cocaína es una práctica muy poco frecuente que consiste en mantener relaciones sexuales tras introducir cocaína en los genitales. Aunque lo habitual es que lo realicen los hombres, están saliendo casos de mujeres que se han visto forzadas a hacerlo.

Celia Prat, jefa del equipo de formación de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), cuenta que en las relaciones sexuales es muy común el uso de la cocaína, aunque asegura que “la combinación de diversión y cocaína” es muy frecuente en los hombres. Prat explica que, al estar en contacto con las mucosas masculinas, la cocaína -que hace que la sangre quede almacenada- “permite que la erección se pueda mantener por más tiempo”.

En el caso de las mujeres, afirma que “no tiene ninguna gran explicación ni sentido que lo usen”, debido a que el efecto más concreto que sienten es la anestesia local en la zona de los genitales. Además, confiesa que nunca han recibido ningún tipo de consulta o petición de ayuda en FAD por casos parecidos.

La forma más usual de consumir la cocaína -un estimulante del sistema nervioso central- es por vía intranasal, es decir, esnifándola, aunque también puede ingerirse o inyectarse. Según informa ‘Energy Control’ en su página de información y prevención sobre drogas y sexo, los efectos de la cocaína son estimulantes, de euforia y disminuyen las sensaciones de sueño y hambre e incluso aumentan el deseo sexual. Su efecto, que se mantiene entre media y una hora, es anestésico local, por lo que si se aplica directamente sobre los genitales “puede retardar la eyaculación o facilitar prácticas sexuales que puedan implicar dolor”, explican en la plataforma de ayuda en la que colaboran distintas entidades.

El director del área de drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), Josep Rovira asegura que, como anestésico, la cocaína quita la sensibilidad a las mucosas y confiesa que “no hay una explicación lógica en querer producir los efectos por esa vía” sino que más bien se trata de algo “inusual y anecdótico”.

Rovira cuenta que esta práctica -de la que no había oído hablar en sus 25 años de carrera- puede deberse a “una fantasía e incluso a una cierta perversión” por parte de quien la lleva a cabo, más cercano al “morbo” que a la “lógica” del uso de la cocaína que es sentir los efectos. “En términos sexuales y de placer, no tendría sentido”, declara afirmando que este tipo de prácticas si que es más común entre los hombres, por el hecho de que retrasa la eyaculación.

Por otro lado, el director de ABD explica, que “las mucosas vaginales sí que absorberían la sustancia pero nunca de igual forma que si se hiciera ingiriéndola o esnifándola” y añade que “su capacidad de absorción es errática y que no produciría los mismos efectos”. Además, asegura que para que una mujer muera por haberse introducido cocaína en los genitales, tiene que haberlo hecho en cantidades muy abundantes.

¿Puede esta práctica producir la muerte?

“Existen casos de personas que transportan cocaína en grandes cantidades y que han muerto por ello”, cuenta Rovira refiriéndose a ‘las mulas’ que transportan droga de un país a otro, recalcando que la cantidad debería ser muy grande y que “sería descartable que eso fuera la causa de muerte de Marta Calvo”.

Prat, por su lado, considera que hay que tener en cuenta muchos más factores para determinar si esa práctica pudo producir la muerte a la joven, como la pureza de la cocaína, la cantidad, en qué estado estaba (no todo el mundo absorbe la droga de la misma manera), su edad, etc.

Jorge Ignacio P.J., el narcotraficante y presunto asesino de Marta Calvo obligaba a las mujeres con las que tenía sexo a que éstas se introdujeran cocaína en las partes íntimas, lo que podría haber causado la muerte de tres de ellas. Tras haber salido estos datos a la luz con las declaraciones de dos mujeres que fueron forzadas por el acusado,  el caso de la joven desaparecida ha dado un giro significativo que podría determinar que su muerte fue causada por llevar a cabo esta práctica. No obstante, la falta del cuerpo imposibilita poder confirmar con exactitud la causa de muerte, o saber si Ignacio P.J. lo hizo con intención de provocarle la muerte o si se trataba de algún tipo de perversión sexual.

Fuente: 20Minutos.es

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