El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva envió este lunes, a través de sus abogados, un primer mensaje público a nueve días de su detención en la sede de la Policía Federal en Curitiba, al sur de Brasil.
“Estoy tranquilo, pero indignado como todo inocente que se indigna cuando vive una injusticia”, dice Lula en la carta que Gleisi Hoffmann, senadora y presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), divulgó la noche del lunes.
Hoffmann explicó que recibió la misiva de manos de los abogados de Lula. “Es para que leas en nuestro campamento, en nuestra vigilia democrática”, que seguidores instalaron en las inmediaciones del edificio policial en Curitiba.
“Estoy muy agradecido por la resistencia y presencia de ustedes en este acto de solidaridad. Estoy seguro de que no está lejos el día que la Justicia valdrá la pena”, comienza la breve misiva.
Lula, que paga una condena de 12 años y un mes por lavado de dinero y corrupción pasiva, agregó en el texto que continúa “desafiando” al equipo de la mega operación anticorrupción Lava Jato y al juez Sergio Moro, que lo sentenció en primera instancia, “a probar el crimen que alegan he cometido”.
“Continúo creyendo en la Justicia”, apunta el exmandatario de 72 años.
Invasión al tríplex
Además del campamento que los seguidores de Lula irguieron afuera de la Policía Federal, este lunes se registró otro acto de apoyo al carismático líder de izquierda.
A primera hora de la mañana, una treintena de miembros del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo Sin Miedo invadieron por unas horas el apartamento blanco del juicio por el cual el expresidente cumple condena.
Según la justicia brasileña, Lula habría recibido de la constructora OAS un apartamento tríplex en Guarujá, litoral de Sao Paulo, a cambio de prebendas políticas.
Los militantes de izquierda entraron al tríplex y colgaron pancartas en el balcón contra el encarcelamiento de Lula el pasado 7 de abril por corrupción y lavado de dinero.
“¡No habrá acuerdo. O sueltan a Lula o no va a haber sosiego!”, gritaban los militantes.
“Esto es una denuncia de la farsa judicial que llevó Lula a la prisión (…) Si el apartamento es de Lula, el pueblo fue invitado y puede quedarse ahí. Si no es de Lula, el (poder) judicial tendrá que explicar por qué lo detuvieron por culpa de ese tríplex”, argumentó el coordinador del MTST y precandidato presidencial Guilherme Boulos en Twitter.
Un par de horas después, los militantes abandonaron el apartamento al ser amenazados con ser detenidos por parte de la policía en “una acción arbitraria y sin orden judicial”, denunció Boulos.
La senadora Hoffmann dijo a la AFP que la invasión fue “un gesto político para cuestionar la tesis del juez Sergio Moro de que el apartamento es de Lula”.
Expectativas y temores
El expresidente (2003-2010), imputado en otros seis casos, niega que ese apartamento sea suyo y considera su condena “sin pruebas” como parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder.
Su defensa apuesta a que el exmandatario pueda salir a la brevedad de la prisión gracias a varios recursos judiciales, con buena parte de las esperanzas puestas en una decisión que la Corte Suprema podría tomar esta semana.
Hoffmann, que está en Curitiba como parte del dispositivo político montado por el PT para estar cerca de su figura, dijo que las expectativas son moderadas, ya que el proceso en el Superior Tribunal Federal (STF) para discutir la constitucionalidad del encarcelamiento de condenados en segunda instancia, como Lula, podría ser obstaculizado.
“Nuestras expectativas son que el STF cumpla su papel de defensor de la Constitución y restablezca lo que dice en cuanto a la ejecución de una pena: que solo puede hacerse después de agotarse todas las instancias (…) Es posible que haya un pedido de vista [ndlr suspensión pedida por un juez para volver a analizar el caso]”, dijo.
Hoffmann explicó que no ha visto a Lula desde su detención, pero que ha intercambiado mensajes a través de sus abogados, que sí pueden acceder al exmandatario.
“Nuestra preocupación es que está muy solo. Este sábado y domingo no permitieron que nadie lo visite, ni siquiera sus asesores jurídicos. Nos preocupa que pueda caer en una depresión o enfermarse”, cerró.
Con información de AFP