El este de la República Democrática del Congo (RDC) enfrenta uno de los momentos más críticos de su largo conflicto. Rebeldes del grupo M23, respaldados por Ruanda, avanzan hacia Goma, una ciudad clave en una región rica en minerales. Mientras tanto, la tensión ha llegado a la capital, Kinshasa, donde este martes manifestantes atacaron varias embajadas extranjeras como las de Ruanda, Francia, Bélgica y Estados Unidos, exigiendo más acción internacional frente a la crisis.
Los manifestantes, enfurecidos, causaron daños, saquearon y provocaron incendios en algunos edificios, mientras la policía respondió con gas lacrimógeno. También fueron atacadas las embajadas de Kenia y Uganda, con imágenes de fuego y humo en la embajada de Francia.
Un manifestante, Timothée Tshishimbi, declaró: “Denunciamos la hipocresía de la comunidad internacional. Deben pedir a Ruanda que detenga esta agresión”.
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Goma: una ciudad estratégica
Goma, con 2 millones de habitantes, es un centro comercial y humanitario clave en el este del Congo. Los rebeldes del M23 afirman haber tomado el control de la ciudad, aunque la situación sigue confusa, con reportes de disparos y explosiones. La caída de Goma sería una victoria importante para el M23 y un golpe para el gobierno.
En 2012, el M23 ya tomó Goma por una semana antes de retirarse bajo presión internacional. Sin embargo, expertos creen que esta vez será más difícil resolver el conflicto, ya que los rebeldes parecen buscar un control duradero de las rutas de suministro en la región.
Crisis humanitaria en aumento
La crisis en el este del Congo ha desplazado a más de 6 millones de personas, con Goma como epicentro. Según Bruno Lemarquis, coordinador humanitario de la ONU, la situación es “extremadamente preocupante”, con hospitales saturados, servicios básicos colapsados y miles atrapados en el fuego cruzado.
Además, tres soldados de paz sudafricanos murieron este lunes en un ataque del M23 cerca del aeropuerto de Goma. En total, 17 cascos azules han perdido la vida en los combates.
Ruanda y su papel en el conflicto
El gobierno congoleño y la ONU acusan a Ruanda de apoyar al M23, un grupo mayoritariamente tutsi que afirma defender a su comunidad en el Congo. Sin embargo, críticos señalan que esto es una excusa para que Ruanda obtenga control político y económico en la región.
El conflicto en esta zona tiene raíces en el genocidio de Ruanda de 1994, cuando casi 2 millones de hutus huyeron al Congo tras las represalias de las fuerzas tutsis. Desde entonces, la región ha sido escenario de conflictos por tensiones étnicas y control de recursos minerales.
Presión internacional y próximos pasos
Países como Estados Unidos, Francia y el Reino Unido han condenado el avance de los rebeldes y exigido a Ruanda que cese su apoyo al M23. Sin embargo, la falta de acciones más contundentes genera frustración entre los congoleños.
El presidente congoleño, Félix Tshisekedi, planea dirigirse a la nación en las próximas horas para presentar una estrategia. Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para discutir la situación.
La comunidad internacional enfrenta una presión creciente para intervenir en esta crisis que sigue afectando a miles de personas. Según el Programa Mundial de Alimentos, las próximas 24 horas serán clave, ya que muchos en Goma enfrentan escasez de alimentos y suministros básicos.
EFE
Por: Itzel Olivo
