En las divisiones territoriales de la República Dominicana se dan desigualdades muy marcadas entre densidad territorial y poblacional de una provincia a otra, que rayan en lo absurdo.
Se trata de divisiones “a la brigandina”, que significa popularmente: una cosa mal hecha, generalmente de prisa y sin cuidado.
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Evidentemente que en los trazos de tierra marcados en el territorio nacional con categoría de municipios y distritos municipales, ha primado más el interés político de legisladores, que el buen juicio de obedecer a parámetros población-territorio.
Una muestra de ello es Barahona, la provincia con mayor número de municipios, 11 en total, nueve más que La Altagracia, que solo tiene dos (la de menor municipios), pero es más grande en territorio, población y desarrollo económico.
En densidad territorial de La Altagracia es casi el doble de Barahona, pues tiene una superficie de tres mil 10 kilómetros cuadrados, muy superior a los mil 639 kilómetros cuadrados que tiene la Perla del Sur.
En cuanto a población, conforme a las estadísticas del censo del 2010, La Altagracia contaba con una población de 273 mil 210 habitantes, 86 mil 105 más, que los 187 mil 105 pobladores de Barahona. O sea, tan diametralmente opuesta como está el Este del Suroeste.
Por cierto, Barahona tiene 11 distritos municipales, más del doble de los que hay en La Altagracia, que tiene cinco.
Azua es la provincia con mayor cantidad de distritos municipales, con 22, que es radicalmente opuesto a Santiago Rodríguez, que no tiene. Su territorio de mil 111 kilómetros cuadrado está dividido en tres municipios: San Ignacio de Sabaneta, Los Almácigos y Monción.
A propósito de Azua, es la provincia con mayor división territorial, 10 municipios y 22 distritos municipales, muy superior a Santo Domingo con siete municipios y ocho distritos municipales. Esto se traduce que los azuanos escogen 32 autoridades municipales (alcaldes y directores distritales) en una población de 256 mil 981 personas, distribuidas en una superficie de dos mil 531 kilómetros cuadrados.
Mientas que los de Santo Domingo, escogen 17 autoridades municipales menos que los azuanos, con una población de cuatro millones 579 mil 536 habitantes, distribuidos en mil 502 kilómetros cuadrados. Es decir; tiene cuatro millones 322 mil 555 habitantes más, a razón de 17.8 por uno.
En las provincias fronterizas prima el criterio de pocas poblaciones y muchas divisiones territoriales. A excepción de Pedernales, que solo tiene dos municipios y dos distritos municipales, en las demás: sobreabundan las demarcaciones.
En Bahoruco hay cinco municipios y 9 nueve distritos municipales; Dajabón tiene cinco municipios y cuatro distritos municipales, Elías Piña tiene seis municipios y siete distritos municipales, Independencia tiene seis municipios y seis distritos municipales y Montecristi cuenta con seis municipios y cuatro distritos municipales.
Sin embargo, en provincia con mayor territorio, poblaciones y desarrollo, hay menos divisiones territoriales. Tal es el caso de La Vega, que tiene solo cuatro municipios y siete distritos municipales aunque su población se equipara a las de todas las provincias fronterizas juntas.
La Romana, uno de los principales polos turísticos del país cuenta con tres municipios y dos distritos municipales, San Pedro de Macorís con seis municipios y solo dos distritos municipales, un territorio relativamente grande de mil 255 kilómetros cuadrados.
Se infiere que las divisiones territoriales antojadizas solo sirven para fragmentar más el territorio y crear burocracias administrativas, lejos de propiciar desarrollo.