Ether, comúnmente llamada como Ethereum, la segunda mayor criptomoneda en términos de capitalización de mercado, disparó su precio en cuestión de un par de horas.
Ethereum es una plataforma de blockchain de código abierto que se ejecuta con el uso de su moneda nativa, llamada Ether o ETH, por lo que a pesar de que la gente usa estos nombres como sinónimos son cosas distintas.
Ether es un token que se utiliza específicamente en la blockchain Ethereum para pagar transacciones. Este token es responsable de impulsar casi todo lo que ocurre en la red, misma que puede ser usada por cualquier persona para crear y ejecutar contratos inteligentes, que son programas de software que operan de manera autónoma y sin la intervención del usuario.
He aquí que el crecimiento de Ethereum se puede atribuir en parte a su función de contratos inteligentes, pues gracias a esta innovación implementó las bases para la industria de las finanzas descentralizadas, las aplicaciones descentralizadas y los token no fungibles como lo son los NFT.
La plataforma Ethereum fue creada en 2015 por el programador Vitalik Buterin, con la intención de impulsar un instrumento para aplicaciones descentralizadas y colaborativas.
Sin embargo, entre sus deficiencias está su limitada escalabilidad, es decir, que solo permite hacer 15 transacciones por segundo, esta situación ya puso en jaque a ethereum cuando en diciembre de 2017 la aplicación CryptoKitties ‒un juego en donde los usuarios podrían intercambiar gatitos digitales con fines especulativos‒ llevó a la plataforma a una gran congestión en la que muchas transacciones no se realizaron.
En este momento, el ethereum se cotiza en 2,951.57 USD, lo que supone un cambio positivo del 6.64% con respecto a las últimas 24 horas y un incremento de más de 100 USD en un par de horas.
Después de mediodía el precio del ethereum era de 2,840.31 USD, sin embargo, se disparó y un par de horas después su valor alcanzó los 2,956.68 USD. Aunque su costo ha variado ligeramente en los últimos minutos su alza parece mantenerse.
Aún está lejos de su máximo histórico cuando alcanzó las 4.891,70 unidades, aún así se ha mantenido el puesto número dos entre las monedas digitales, siendo sólo superado por el bitcoin, la moneda digital más popular por sentar las bases para el surgimiento de muchas de las altcoins existentes en el mercado.
Cómo opera una criptomoneda
Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que no existe físicamente y que usa un cifrado criptográfico para asegurar la integridad en sus transacciones, al tiempo que mantiene un control en la creación de sus nuevas unidades.
El bitcoin fue el primero en ser lanzado al mercado y luego le siguieron otras como Litecoin, Ethereum, Iota, Tether, Cash, Ripple, Decentraland, incluso unas nacidas de memes como Dogecoin.
Las criptomonedas tienen diversos factores que las hacen únicas: el no estar controladas por ninguna institución, no requerir de intermediarios en las transacciones y usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar los fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios (mineros), permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica el manejo de algoritmos. Además, el romper esta seguridad es posible pero difícil, pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el mismo Google.
Para adquirirlas se puede hacer la compra o intercambio de la propia moneda en portales especializados. Su valor varía en función de la oferta, de la demanda y del compromiso de los usuarios, por lo que puede cambiar más rápido que el dinero tradicional, pero mientras más gente esté interesada y quiera comprar determinada moneda, mayor será su valor.
No obstante, quien invierte en este tipo de activos digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos únicamente guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.
Por: Infobae