Pocas horas antes de que la policía tocara a la puerta de su domicilio y él decidiera pegarse un tiro para eludir el arresto, el ex presidente peruano Alan García otorgó una última entrevista en la que negó las acusaciones en su contra y dejó algunos comentarios que toman otro significado después de lo acontecido en la mañana de este miércoles.
“Es una situación fea y si la patria llega a convencerse de que tengo algo de qué pagar, pues es la patria… Así como la he servido y he hecho cosas por ella, yo no estoy aquí para refunfuñar y odiar. Confío en la historia. Soy cristiano. Creo en la vida después de la muerte. Creo tener tener un pequeño sitio en la historia del Perú“, dijo en tono reflexivo, en la entrevista con la cadena RPP en la noche del martes.
García sostuvo que “no hay ninguna razón fáctica o hecho concreto” en las acusaciones en su contra. “Todo es especulación, y con especulaciones no se priva a una persona de su libertad. Ni siquiera de manera preliminar”, insistió.
En los últimos días, el portal IDL-Reporteros reveló los millonarios depósitos de la constructora brasileña Odebrecht a Luis Nava, el ex secretario de la presidencia de García durante su segundo gobierno (2006-2011). Al respecto, García insistió en que no tenía ninguna información al respecto y que nada de ese dinero le había llegado a él.
“¿Tanto les cuesta aceptar que han tenido un presidente que no roba? No nos damos cuenta que alguien puede no robar“, dijo en otro pasaje de la extensa entrevista. “Enemigos tengo y de sobra, ex amigos tengo más. Lo terrible es que un político que no tenga poder, tenga enemigos ruidosos”