Los avances en la lucha contra el VIH en los Estados Unidos han sido notables, excepto en un grupo específico: los varones latinos. Mientras que las infecciones nuevas y los nuevos diagnósticos se han reducido en el país en general, ambos indicadores subieron en el caso de los latinos gays y bisexuales de menos de 30 años, señaló el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC).
“Lo denomino la epidemia invisible“, dijo a The Guardian Vincent Guilamo-Ramos, clínico e investigador de la Universidad de Nueva York (NYU). También trabaja en el sistema hospitalario Montefiore, donde está el primer centro para VIH/sida en la adolescencia del país y en el Centro para la Salud de los Adolescentes y las Familias Latinas (CLAFH) en NYU.
Allí ve casos en los que surgen algunas razones que justifican el fenómeno, como el impacto cultural y emocional que el diagnóstico tiene en las familias latinas, las dificultades para el acceso al cuidado médico y la necesidad de apoyo social. “Son obstáculos graves para terminar con la epidemia”, dijo. “Y esas cuestiones impactan de manera desproporcionada a la gente que es negra, morena, pobre, indocumentada, recién llegada, hispanohablante“.
En su discurso del Estado de la Unión, Donald Trump dijo que Estados Unidos se proponía terminar con el contagio de VIH en los próximos 10 años. Pocos meses antes el Reino Unido se manifestó en carrera para llegar al objetivo de la Organización de las Naciones Unidas de diagnosticar y tratar a más del 90% de las personas con el virus. Sin embargo, distintas comunidades sufren la epidemia de diferentes maneras.
Por ejemplo, en los Estados Unidos intervenciones como PrEP, el medicamento que ayuda a prevenir el contagio de VIH, no llegan a los latinos, que representan sólo el 13% de los usuarios. En cambio, los blancos constituyen el 73% de los que recurren a PrEP.
La población estadounidense negra, masculina, gay y bisexual es la que presenta el riesgo más alto de infección por VIH. Y el grupo siguiente son los latinos, con el agravante ahora, según las cifras del CDC, de que las infecciones están en aumento entre los jóvenes de esta minoría, la más numerosa del país.
Los estados en los que se concentraron los nuevos diagnósticos de infecciones de VIH entre latinos menores de 30 años son la Florida, Texas, California, Arizona, Illinois y Puerto Rico; también en la zona del Bronx, que tiene mayor pobreza, inestabilidad residencial y exposición a la violencia que el resto de la ciudad de Nueva York.
Para enfrentar este nuevo cuadro, Guilamo-Ramos desarrolló dos programas en el Bronx, que apuntan al apoyo social en una comunidad más homofóbica que otras: Familias que Hablan Juntas (FTT) y Padres que Crian Hombres Responsables (FRRM), en las que se estimula a los jóvenes y su entorno afectivo para que hablen sobre la salud sexual y su relación con la carrera, la educación y los servicios sociales. Los jóvenes, dijo, necesitan mucho más que la negativa de padres y madres a que tengan relaciones sexuales, en particular homosexuales.