Grover Wilhelmsen, un estadounidense enfermo de COVID-19, quería hacer algo para mostrarles su agradecimiento a sus cuidadores mientras estaba internado en el Hospital McKay-Dee de la ciudad de Ogden, en el estado de Utah, y preguntó si podía tocar el violín para ellos mientras estaban en la unidad de cuidados intensivos, para ayudarles a levantar el ánimo.
“Estaba intubado y no podía hablar, pero supe a través de las otras enfermeras que es un maestro de orquesta jubilado. Toda su vida ha tocado y enseñado”, cuenta la enfermera Ciara Sase, quien dice que “aproximadamente una docena de cuidadores se reunieron para mirar y escuchar” a Grover.
“Se me llenaron los ojos de lágrimas. Que todo el personal viera a un paciente haciendo esto mientras estaba intubado fue increíble. Pese a estar tan enfermo aún pudo seguir adelante. Podías ver cuánto significaba para él. Tocar música lo ayudó a calmar sus nervios y lo devolvió al momento presente”, relató Ciata, que dijo que Wilhelmsen, por más enfermo que estuviera, tocó durante varias horas dos días seguidos.
El paciente escribió a la enfermera en una hoja de papel que era lo mínimo que podía hacer para el personal, porque “todos se estaban sacrificando mucho” para cuidar de él.
Después de pasar más de un mes luchando contra la enfermedad en el Hospital McKay-Dee, Grover fue dado de alta y transferido a un centro de cuidados intensivos a largo plazo, donde se espera que complete su recuperación.
FUENTE RT
