El gobierno italiano va a reabrir a partir del 3 de junio sus fronteras a los turistas de la Unión Europea y anulará el aislamiento obligatorio de 14 días para los visitantes extranjeros en la península, informaron fuentes oficiales este sábado.
Estas medidas fueron anunciadas tras un Consejo de ministros de unas 10 horas celebrado la noche del viernes al sábado y presidido por el jefe de gobierno Giuseppe Conte.
Las medidas se aplicarán “en el respeto de los vínculos que derivan del orden jurídico de la Unión Europea”, precisó el comunicado. Actualmente las fronteras europeas del espacio Schengen están cerradas.
Estas decisiones pueden modificarse en función del “riesgo epidemiológico” en el país, donde han fallecido al menos 31.500 personas por el nuevo coronavirus.
El turismo es uno de los principales sectores de la economía italiana y contribuye en cerca de un 13% del PIB.
“La apertura de las fronteras italianas a los ciudadanos europeos no solo favorece el turismo, salva también las cosechas con el regreso de unos 150.000 jornaleros de Rumania, Polonia y Bulgaria”, dijo por su parte uno de los principales sindicatos agrícolas, Coldiretti.
A partir del 3 de junio, los italianos también podrán viajar libremente por todo el país, sin ninguna restricción, salvo que haya un rebrote de la epidemia.
Confinados desde el 10 de marzo y autorizados a desplazarse sólo en su municipio por razones de salud o de trabajo, los italianos podrán transitar libremente a partir del 18 de mayo en el interior de su región, según el comunicado del gobierno.
El Gobierno italiano anunció a principios de mayo que el 18 de este mes abrirían museos y tiendas pero, tras las críticas recibidas por la lentitud de su plan de apertura, el gabinete del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, analiza ahora con las regiones si acelerar los tiempos para restaurantes, bares, peluquerías y centros de estética en aquellas zonas en las que la pandemia esté controlada.
La reanudación progresiva de la actividad en el país también busca evitar que la economía italiana sufra un mayor impacto del que ya padecerá, pues Roma calcula que se contraerá un 8 % en 2020 como consecuencia de las decisiones adoptadas para contener la COVID-19.
Italia impuso una cuarentena sobre toda la nación a principios de marzo tras convertirse en el primer gran foco de coronavirus fuera de Asia. Más de 31.000 personas han muerto a causa del virus, dejando al país por detrás de Estados Unidos y Gran Bretaña en número de fallecidos. Pero el gobierno del primer ministro Giuseppe Conte ha reabierto gradualmente el país a medida que descendían las tasas de contagios y decesos.
En los sectores de la economía que se han reactivado se impusieron normas de distanciamiento social, incluyendo fábricas y algunas empresas. Las escuelas siguen cerradas y las concentraciones multitudinarias no están permitidas, aunque se podrá asistir a misa, con restricciones, a partir de la próxima semana.
Fuente: Infobae