En una cantera de arenisca que se extiende desde el pueblo de Cairo, en el estado de Nueva York (EE.UU.), hasta el estado de Pensilvania, un equipo de científicos encontró los restos del bosque fósil más antiguo del mundo: tienen 386 millones de años y estudiarlos podría ayudar a entender cómo ha cambiado el clima de la Tierra con el tiempo.
El informe del estudio, dirigido por científicos de la Universidad de Binghamton y el Museo del Estado de Nueva York (Estados Unidos), y de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), fue publicado este jueves en Current Biology.
“Estos bosques fósiles son extremadamente raros”, dijo Chris Berry, de la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Océano de la Universidad de Cardiff. “Para entender realmente cómo los árboles comenzaron a extraer dióxido de carbono de la atmósfera, necesitamos comprender la ecología y los hábitats de los primeros bosques”.
Hace más de 10 años, los investigadores comenzaron a analizar el lugar en las estribaciones de las montañas Catskill, sobre el valle del Hudson, y desde entonces llegaron a cartografiar más de 3.000 metros cuadrados de bosque.
Tipos de árboles
Se descubrió que el bosque albergaba tres tipos de árboles. Uno de ellos, miembro del género Archaeopteris, se caracteriza por tener raíces largas, que pueden llegar a extenderse hasta 12 metros. Estos árboles fueron los primeros, de los que se conocen, en desarrollar hojas verdes planas. Otro tipo es el cladoxilopsidos, un árbol sin hojas y de 10 metros de altura. El tercer ejemplar no fue identificado.
Los investigadores añadieron que también descubrieron raíces leñosas muy largas que transformaron la forma en que las plantas y los suelos recolectan agua. Según informaron, el bosque seguramente fue arrasado por una inundación, pues se encontraron fósiles de peces en la superficie de la cantera.
Cambio climático
“Todos esos árboles que aparecían tenían el efecto de eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera”, dijo Berry. “Al final del período Devónico, la cantidad de ese gas se redujo a lo que sabemos que es hoy”.
“Estudiar los fósiles podría ayudarnos con el cambio climático moderno. Comprender cómo sucedió esto en el pasado es crucial para predecir lo que sucederá en el futuro, a la luz del cambio climático y la deforestación”, añadió Sandy Hetherington, de la Universidad de Oxford.
Fuente: 20Minutos.es