Ciudad de Panamá, 23 oct (EFE).- La transición a cero emisiones netas camina lento en América Latina y el Caribe por lo que una nueva red regional lanzada este lunes, impulsada por una liga global de instituciones financieras, trabajará para acelerar esfuerzos y desbloquear el financiamiento climático en esta zona, dijeron a EFE sus gestores.
América Latina requerirá inversiones anuales promedio en energías limpias de al menos 150.000 millones de dólares entre 2026 y 2030 y de al menos 207.000 millones de dólares entre 2031 y 2035 para alinearse con los objetivos climáticos y de desarrollo sostenible, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Es decir, que para los próximos años, la región debe al menos triplicar la inversión anual promedio en relación a 66.000 millones de dólares del 2022, de acuerdo con los datos de la AIE.
En este contexto y en el marco de la Semana del Clima que se desarrolla desde este lunes hasta el viernes en la Ciudad de Panamá organizada por ONU Cambio Climático, se lanzó la Red en América Latina y el Caribe de la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto (GFANZ, por sus siglas en inglés).
La Gfanz, presentada en abril de 2021 por el Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Acción Climática y las Finanzas, Mark Carney, y la presidencia de la COP26, reúne a más de 650 instituciones de 50 países, que representan el 40 % de los activos financieros privados del mundo y están comprometidas con el objetivo de cero emisiones netas para 2050, según datos de la coalición.
La Red de América Latina y el Caribe centrará su acción en “apoyar a las instituciones financieras en la planificación de la transición, la implementación de objetivos climáticos, la creación de capacidad y la participación de los responsables políticos en las acciones para acelerar la movilización de capital”.
Para ello estará guiada “por un Consejo Asesor compuesto por figuras líderes en materia climática y financiera de la región, que proporcionará dirección estratégica, orientación y experiencia en la supervisión del plan de trabajo y los resultados de la Red”.
La vicepresidente de GFANZ, Mary Schapiro, dijo a EFE que el objetivo de la red regional, que tiene homólogas operando desde el año pasado en Asia-Pacífico y en África, es asegurar que América Latina y el Caribe tenga a disposición “las herramientas y recursos” necesarios y adaptados a las particularidades de cada país para impulsar la transición a cero emisiones netas.
“La transición a cero emisiones netas solo es posible si incluimos a todas las regiones del mundo”, dijo Shapiro.
Impulsar la transición
La presidenta de la Red de América Latina y el Caribe, la mexicana Patricia Espinosa, recalcó a EFE que la región “ya ha sufrido muchísimas consecuencias del cambio climático” puesto que es “altamente vulnerable” a este fenómeno pese a que es responsable de menos del 10 % de las emisiones globales.
Aunque hay “esfuerzos importantes” puntuales, el panorama general en América Latina es que “no se están dando los esfuerzos con la velocidad que se requiere para esta transición”, afirmó la ex secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmncc).
Para gestionar una transformación “como la que se tiene que dar, necesitamos liderazgo y mucho compromiso de parte tanto del sector privado como del sector público. Esta es una de las cosas que ha faltado, que haya mayor diálogo entre todas las partes”, agregó Espinosa.
“Aunque es una región que tiene muchísimas afinidades, las realidades son muy diversas dentro de América Latina y el Caribe. Tener una red regional (Gfanz) nos permite ser más puntuales en la manera en la que atendemos las necesidades de cada país” para avanzar hacia las cero emisiones, señaló la también exsecretaria de Relaciones Exteriores de México.