El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró este martes que Washington apoya el derecho a la protesta “en todas partes”, incluida China que vive estos días manifestaciones inéditas contra la política oficial de “COVID cero”.
“La posición de EEUU es la misma en todas partes: apoyamos el derecho de cualquier persona a protestar de forma pacífica y a expresar sus puntos de vista, sus frustraciones y sus opiniones”, dijo Blinken a preguntas de los periodistas en una rueda de prensa en Bucarest.
El secretario de Estado estadounidense se encuentra en la capital rumana para participar en la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN que se celebra hoy y mañana en el Palacio del Parlamento rumano, en la que la OTAN renovará su apoyo a Ucrania e intentará fijar una posición común ante China.
El lunes, el Departamento de Estado había emitido un comunicado en el mismo tono: “Hemos dicho durante mucho tiempo que todos tienen derecho a protestar pacíficamente, aquí en Estados Unidos y en todo el mundo. Esto incluye a la República Popular de China”.
Pero agregó que Estados Unidos consideraba que la política de confinamiento impulsada por Pekín es excesiva y estimó que así “va a ser muy difícil” contener este virus. Según apuntaron, Washington está “enfocado en lo que funciona”: ampliar la vacunación y que las pruebas y tratamientos sean de fácil acceso, agregó.
Por su parte, la Casa Blanca informó que Joe Biden sigue de cerca las manifestaciones en China. “Él lo está monitoreando. Todos lo estamos. Así que sí, por supuesto el presidente está al tanto” de lo que pasa, dijo a los periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional John Kirby, sin especificar la reacción de Biden a las demandas de los manifestantes. “El presidente no va a hablar por los manifestantes de todo el mundo. Están hablando por sí mismos”, añadió.
Pero destacó el apoyo de Estados Unidos a los derechos de los manifestantes. “A las personas se les debe permitir el derecho de congregarse y protestar pacíficamente contra las políticas, leyes o imposiciones con las que están en desacuerdo”, dijo Kirby. “Lo estamos siguiendo de cerca, como era de esperar”, agregó.
Los chinos tomaron desde fines de la semana pasada las calles de las principales ciudades del país y los campus universitarios en una ola de protestas que no se veía desde que las manifestaciones a favor de la democracia en 1989.
Este martes, las grandes ciudades chinas amanecieron en aparente calma después de que en urbes como Pekín se levantaran fuertes medidas de seguridad.
Las autoridades reaccionaron a la inédita protesta que reunió a centenares de personas aumentando anoche el despliegue policial y vallando áreas de la capital china con la intención de impedir que las marchas se repitan.
El descontento se lleva gestando meses debido a las duras medidas de las autoridades chinas para controlar el coronavirus, que incluyen largas cuarentenas, confinamientos localizados y restricciones de viaje.
Fuera del país, las comunidades de habla china también organizaron vigilias para recordar las vidas perdidas por el covid cero, como los muertos en un incendio en la ciudad de Urumqi, en la provincia de Xinjiang (noroeste) este mes. Muchos aseguran que el confinamiento obstaculizó las labores de rescate.
Por EFE.