El féretro con los restos de Isabel II ya reposa en la conocida como ‘Bow Room’ (salón de reverencias) del Palacio de Buckingham, la residencia oficial del monarca británica.
El cuerpo de la reina fue trasladado en la tarde de este martes desde el aeropuerto de Edimburgo, en Escocia, hacia Londres, y este miércoles será llevado al palacio de Westminster, donde se instalará una capilla ardiente.
El avión con los restos de la soberana aterrizaba minutos antes de las 19.00 hora local (18.00 hora peninsular española) y, a continuación, su féretro fue trasladado por un cortejo fúnebre hasta Buckingham.
La ‘Bow Room’, donde descansarán los restos de la reina en la noche de este martes, es una habitación ubicada en el ala oeste de la mansión real en la que Isabel II solía celebrar audiencias privadas u ofrecer un almuerzo a los jefes de Estado que la visitaban. Por ella los invitados accedían al jardín en las fiestas celebradas al aire libre en palacio. La estancia alberga valiosos tesoros como mobiliario del siglo XIX o una vajilla del rey Jorge IV.
Una vez que el ataúd llegue el miércoles a Westminster Hall, el arzobispo de Canterbury llevará a cabo un breve servicio asistido por el reverendo David Hoyle, decano de Westminster, y por el rey Carlos III y otros miembros de la familia real.
Tras este acto, Westminster Hall acogerá la capilla ardiente de la reina, que se instalará hasta la mañana del día en el que se celebrará el funeral de Estado, que será el próximo lunes 19 de septiembre a las 11.00 horas en la Abadía de Westminster. Esta permanecerá cerrada para prepararlo.
Largas colas para despedir a Isabel II
Entre el miércoles y el lunes, cuando se cerrará la capilla ardiente y se oficiará el funeral, se espera que unas 400.000 personas presenten sus respetos a la que ha sido soberana del Reino Unido las últimas siete décadas.
La cola para acceder al palacio de Westminster, que estará abierto al público día y noche, alcanzará previsiblemente varios kilómetros en la ribera sur del río Támesis a su paso por el centro de la capital británica. Londres estima que habrá esperas de hasta 35 horas para entrar.
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