Desde que la pandemia de COVID-19 hizo su aparición en la escena mundial, infinitos son los ensayos clínicos que se pusieron en marcha en torno a la enfermedad. Desde vacunas capaces de prevenirla y tratamientos para mejorar su abordaje hasta el estudio de técnicas superadoras de detección, entre algunas de las experimentaciones a las que más tiempo dedicó la ciencia.
Ahora, investigadores de la Universidad de Helsinki y del Hospital Universitario de Helsinki, en Finlandia, confirmaron que se puede enseñar a los perros rastreadores a identificar a personas infectadas por el coronavirus a partir de muestras de piel.
El estudio experimental se llevó a cabo en el aeropuerto internacional de Helsinki-Vantaa, y los autores del trabajo determinaron que “la precisión de los perros en la identificación de las muestras fue del 92%”, según publicaron en la revista científica BMJ Global Health.
“Nuestros experimentos de validación tuvieron una precisión general del 92%, una sensibilidad del 92% y una especificidad del 91% en comparación con RT-PCR -aseguraron los investigadores en la publicación de sus conclusiones-. Para nuestros perros, entrenados con el virus de tipo salvaje, el rendimiento fue menos preciso para la variante Alfa. En el entorno de la vida real, la detección de olores y la RT-PCR coincidieron con el 98,7% de los hisopos negativos”.
Y ampliaron: “Este gran estudio de validación triple ciego, controlado y aleatorizado con un tamaño de muestra precalculado realizado en un aeropuerto internacional mostró que los perros entrenados para rastrear las muestras de pasajeros del aeropuerto son muy precisos. Uno de nuestros hallazgos destaca la importancia del reciclaje continuo a medida que surgen nuevas variantes. El uso de perros rastreadores puede presentar un enfoque valioso para la detección rápida y de alto rendimiento de un gran número de personas”.
Los científicos finlandeses diseñaron conjuntamente un estudio controlado, aleatorizado y triplemente ciego para comprobar la precisión de los perros entrenados para la detección de olores, en el que ninguno de los tres (perro, adiestrador o investigadores) sabía cuáles de las muestras de piel olfateadas eran positivas y cuáles negativas. El estudio también analizó los factores que podían interferir en la capacidad de los perros para reconocer una muestra positiva.
En la primera fase del estudio, se enseñó a los perros a discriminar las muestras de hisopos de piel de los pacientes con coronavirus de las de los voluntarios que dieron negativo. Y fue recién tras un periodo de entrenamiento de varias semanas, que los perros se trasladaron del centro de entrenamiento al aeropuerto de Helsinki-Vantaa para las siguientes fases del estudio.
Así, en la segunda fase del estudio, cuatro perros entrenados realizaron una prueba de validación para demostrar su capacidad de discriminación.
El estado de coronavirus de todos los donantes de muestras se había confirmado mediante PCR. Durante cada día de pruebas, el perro olfateó 20 pistas de muestras con tres muestras cada una, con las pistas presentadas en orden aleatorio.
La tercera fase del estudio, por su parte, se llevó a cabo examinando a los pasajeros y al personal del aeropuerto de Helsinki-Vantaa en una situación real. Los perros rastreadores identificaron correctamente el 98,7% de las muestras negativas y fue debido al bajo número de muestras positivas al coronavirus en las pruebas de la vida real que no se pudo hacer una evaluación adecuada del rendimiento de los perros con las muestras positivas.
Anu Kantele es uno de los responsables del estudio y sobre el hallazgo de su trabajo consideró: “Los perros olfateadores pueden ser una herramienta inestimable para limitar la propagación del virus durante una pandemia, por ejemplo en los puertos aéreos y marítimos. Este enfoque fiable y barato para examinar rápidamente un gran número de muestras o para identificar a los portadores del virus que pasan por una gran multitud es muy valioso, sobre todo cuando la capacidad de análisis con los enfoques tradicionales es insuficiente”.
La detección de perros con olor puede servir como un método de preselección para ahorrar tiempo y recursos o incluso como el único método de prueba cuando aún no hay otros enfoques disponibles, por ejemplo, en las primeras etapas de una futura pandemia.
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