La Iglesia Adventista del Séptimo Día surgió en Estados Unidos, por la década de 1840 y fue fundada por el predicador laico bautista William Miller.
En República Dominicana, suman más de 330 mil miembros que se congregan en unos mil 200 tempos en todo el territorio nacional, acogidas bajo la Unión Dominicana de la Iglesia Adventista.
De acuerdo a lo encontrado en la web, la misión de esta organización que preside Paulino Puello, es “Glorificar a Dios y guiar a cada creyente a una experiencia personal y transformadora con Cristo, que lo capacite como discípulo para compartir el evangelio”.
En algunas de sus promociones agregan la cita que motivan a los seguidores a realizar donaciones con el propósito a aporta la causa religiosa, además de contar con la Asociación Fiduciaria de los Adventistas (AFIDA), a través de la cual ofrecen “servicios fiduciarios”.
Esto llama la atención de algunos que ven en la entidad un comportamiento inapropiado.
“Lo que invertimos en la causa de Dios no se pierde. Todo lo que depositamos arriba está asegurado contra el desastre y la pérdida y está aumentando en valor eterno y perdurable”, cita una de sus promociones.
El sociólogo Joel Arboleda entiende que este comportamiento por parte de la entidad es poco ético.
“Eso, en términos populares, se llama manipulación. Los sociólogos lo llamamos condicionamiento social”, indica.
El abogado Francisco Álvarez indica que “La Ley 189-11, que es la ley que genera y regula el fideicomiso en la República Dominicana tiene diferentes tipos de registros en los que intervienen DGII, Superintendencia de Valores, Superintendencia de Bancos”. Sin embargo, AFIFA no figura en los registros de ninguna de estas instituciones reguladoras del sistema financiero.
A pesar de esto la institución ofrece cuentas de ahorro y certificados a plazo fijo, los cuales, según establecen, “pagan un interés más alto, dependiendo de la cantidad y el término de vencimiento igual al pactado originalmente y los intereses se pueden pagar mensualmente.