El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha afirmado este miércoles en el Congreso de los Diputados de España que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) inyectó al rey emérito, Juan Carlos I, “hormonas femeninas” e “inhibidores de testosterona” para “rebajarle la libido”, ya que, según argumentó, “se consideraba un problema de Estado que este señor fuera tan ardiente”.
La información está relacionada con unas conversaciones que la amante del rey emérito mantuvo con el excomisario, y que figuran en un informe policial de la causa. En ellas, Corinna Larsen acusa al entorno del rey de proporcionarle hormonas femeninas para anular su libido y “tenerlo controlado”.
“Le han quitado todo, ni podía estar con una mujer ni nada”, critica en las grabaciones.
“Yo creo que estoy hablando demasiado”, ha dicho Villarejo en un momento de su segunda comparecencia en la comisión de investigación del Congreso por la trama Kitchen. Esa reflexión llegaba a renglón seguido de una no nueva, pero sí llamativa afirmación del comisario jubilado: “Al rey emérito le inyectaron hormonas, inhibidores de testosterona, porque se consideraba un problema de Estado que fuera tan ardiente”.
Villarejo ya había hablado de este asunto anteriormente, porque Corinna Larsen, antigua amante de Juan Carlos I, fue quien se lo contó. Se llamó “Operación Farinelli”, aunque no hay documentos que sustenten esta afirmación.
Las declaraciones del polémico comisario, involucrado en varias tramas relacionadas con espionaje a políticos españoles, se produjeron durante una comparecencia ante la comisión del Congreso que investiga la ‘operación Kitchen’, un operativo presuntamente diseñado desde el Ministerio de Interior durante el Gobierno de Mariano Rajoy para robar documentación en poder del extesorero del Partido Popular (PP) Luis Bárcenas que comprometía a la formación conservadora.