El volumen del reservorio de magma -11 millones de metros cúbicos- que está provocando la actual crisis sísmica en La Palma, una de las islas del archipiélago español de Canarias, equivale a la cuarta parte de los materiales volcánicos que emitió la última erupción registrada en la isla, la del Teneguía, hace 50 años.
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) ha dado a conocer este jueves sus cálculos sobre la cantidad de magma que está presionando el subsuelo de la isla, con el resultado que registran desde hace días los diferentes sistemas de vigilancia instalados en torno a la Cumbre Vieja: cientos de terremotos de baja magnitud y una elevación del terreno que ayer llegaba a seis centímetros.
El propio Involcán califica de “pequeño” el tamaño de ese reservorio de magma y, de hecho, lo es si se compara con la última erupción vivida en la isla de La Palma (penúltima en Canarias, porque en 2011 se produjo una submarina en El Hierro).
Según uno de los últimos cálculos publicados en la literatura científica (Geogaceta, de la Sociedad Geológica España, 2014), el Teneguía expulsó 43,01 millones de metros cúbicos de materiales volcánicos en los 24 días que duró la erupción, a un promedio de 1,79 millones de metros cúbicos diarios.
Los diferentes organismos que participan en la vigilancia de la situación de La Palma -el Involcan y el Instituto Geológico Nacional de España, entre otros- coinciden que el nuevo “enjambre sísmico” que vive la isla, situado en el entorno de la Cumbre Vieja, es de origen magmático y forma parte de un proceso que en los últimos días parece haberse acelerado.
Sin embargo, precisan que no necesariamente puede terminar en una erupción. También cabe la posibilidad de que se detenga.
Por eso el semáforo de riesgo volcánico en La Palma sigue en amarillo (nivel 2 de 4), porque aún no se han detectado fenómenos claramente preeruptivos, lo que elevaría el listón a naranja (3).