John Hinkle Jr. sufrió en 2016 la muerte de su padre, el hombre que entre otras cosas le había abierto las puertas del bowling, el deporte que marca su vida. Desde entonces, el ex campeón pensó cómo homenajearlo de la mejor manera y estos días finalmente pudo hacerlo al completar un juego perfecto de una forma inédita.
No es la primera vez que el estadounidense de 39 años pudo alcanzar los 300 puntos, pero esta fue la más especial porque dentro de la bola colocó las cenizas de su padre: “He hablado de tratar de poner cenizas en una bola de boliche durante algunos años. Pregunté si la gente podía hacerlo y todos dijeron que no creían que funcionaría. Una de mis amigas de la infancia abrió su propia cancha en una bolera cercana y le traje la idea. Funcionó en el primer intento”, explicó a ESPN luego de la viralización de las imágenes.
Según explicó, lo que hizo fue colocar los restos de sus ser querido en el orificio donde va el pulgar y luego lo selló. De esa manera pudo hacer su juego sin problemas. “No puedo expresar lo que significa esta noche para mí. (Mi padre) Nunca tuvo un juego perfecto hasta ahora”, escribió en su cuenta de Facebook cuando publicó el video.
En la grabación se ve cómo logra su última chuza antes de romper en llanto ante los aplausos y el cariño de algunos de sus amigos, quienes se reunieron para apoyarlo.
“Jugar a los bolos era una gran parte de toda mi familia. Al crecer, mi gemelo y yo vivíamos en la bolera esperando que mamá y papá terminaran sus noches de liga. Todos los sábados por la mañana nos llevaban a jugar a los bolos en nuestra liga, a partir de los cuatro años”, explicó a ESPN, al recordar que incluso su hermano y su padre fueron compañeros de equipo durante 13 años.
“Eso es lo que significaba jugar a los bolos para nosotros… poder hacerlo con mi familia. Cuando logro una puntuación de 300, la primera persona en abrazarme siempre ha sido mi hermano gemelo o mi padre. Es como si hiciéramos esto juntos”, manifestó, antes de contar que no volverá a usar esa bola: “Logré lo que quería hacer por mi padre. Su bola de boliche y sus puntuaciones se mostrarán en mi casa junto a todos mis otros logros”.
John Hinkle Jr. ha heredado los dotes de su padre pero incluso ha sabido llevar su técnica hasta un punto inusitado. En su carrera el dos veces campeón del NCAA bowling championship lleva 12 juegos perfectos, algo que su padre nunca había logrado, pero el conseguido el 12 de abril fue el más especial.
Incluso, en diálogo con un medio local, el hombre de 39 años que trabaja como consejero escolar en los un colegio de Peoria, Illinois, contó que cuando iba por la 11° línea llamó a su hermano Joe para comentarle lo que estaba apunto de lograr con la bola que contenía las cenizas: “Es especial. Papá consiguió 298, 299, nunca tuvo un 300. Tenía la piel de gallina, escalofríos“, comentó su gemelo John.
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