Con distanciamiento social y clases virtuales, los seguidores de esta milenaria práctica expresaron su afición con numerosos encuentros
Desde que en 2014 la ONU decretó el 21 de junio como el día internacional de esta práctica, miles de personas aprovechan la jornada para mostrar su pasión por el yoga en eventos multitudinarios, una imagen que la obligada distancia social ha sustituido este año por reducidos encuentros virtuales. De todas formas, en varias ciudades, especialmente en Asia, se realizaron encuentros por aficionados a esta práctica.
Se trata de una nueva juventud para una disciplina oriental milenaria que tiene su origen en los antiguos “vedas” (palabra que significa “sabiduría”), las escrituras hindúes que datan del 1.500 antes de Cristo y forman la base de la religión hindú.
Los estudiosos indios creen que el yoga se remonta a hace unos 5.000 años, basándose en la evidencia arqueológica de unas inscripciones representando poses en piedras, así como referencias a las enseñanzas yóguicas en los Vedas, antiguas escrituras hindúes.
Ciertamente “el yoga es mucho más que una actividad física, es una salida del estado de miedo, de incertidumbre y de agresividad”, explica a Efe la yogui india Bindiya Sabharwal, que considera la situación actual como un renacimiento para esta “forma de vida”. “Estamos viviendo un momento muy interesante para el yoga que es hermoso, porque el yoga es muy experimental, es algo que tienes que vivirlo y aunque creo que la gente lo presentía, nunca hubo tanto tiempo como ahora”, continuó.
En los últimos días, el primer ministro indio, Narendra Modi, aseguró que el yoga ayuda a construir un “escudo protector” inmunitario contra el coronavirus, mientras la epidemia se propaga en el país de más de 1.300 millones de habitantes.
El ministerio indio de medicina tradicional publicó recientemente consejos sobre la manera en que el ayurveda, la homeopatía tradicional, puede ayudar a los indios a combatir el coronavirus. Muchos expertos médicos, entre ellos los institutos de salud estadounidenses, advierten que “no hay ninguna prueba científica de que estos remedios alternativos pueden impedir o curar el covid-19”.
Fuente Infobae