El príncipe Enrique de Inglaterra está en Canadá donde se ha reunido con su esposa Meghan Markle y su hijo Archie para comenzar su nueva vida. El príncipe dejó Londres en un vuelo de British Airways con destino al aeropuerto de Vancouver después de asistir a su último su compromiso como miembro de la familia real en la Cumbre de Inversión Reino Unido-África en Greenwich, al sureste de Londres.
Enrique al llegar a Canadá salió por la puerta trasera del avión con un gorro azul, un anorak y vaqueros llevando una bolsa de deportes sobre sus hombros, con dos guardias de seguridad escoltándolo. El duque fue conducido en una furgoneta osura los últimos kilómetros hasta la casa de Vancouver en la que lleva instalado con su familia cerca de dos meses.
Horas antes, Meghan Markle fue vista paseando por el bosque cerca de su nueva residencia, valorada en 11 millones, con su hijo en un portabebés y dos perros atados a sus respectivas correas. Además iba escoltada por miembros de seguridad. Vestía ropa de sport y sonreía a todo el que se encontraba en el camino.
Markle ha seguido desde Canadá las negociaciones del príncipe con su abuela la reina Isabel, sobre cómo será su nueva vida. La duquesa tras casi dos meses alejada de Londres solo regresó a la capital británica para asistir a un acto en la residencia del Alto Comisariado de Canadá. Parece que esos tres días aprovechó para cerrar su casa de Frogmore Cottage, en Windsor, y organizar una mudanza. Además, los duques han buscado recolocación en otras residencias reales al personal de servicio que trabajaba con ellos. A Canadá solo ha viajado con ellos la niñera de Archie que lleva casi tres meses lejos del Reino Unido ya que sus padres viajaron allí a primeros de noviembre en lo que en principio parecía una estancia temporal que va a convertirse en definitiva.
Lo que los duques no han decidido es si seguirán en Vancouver o se instalarán en Toronto, la ciudad en la que Markle vivió sus últimos años de soltera cuando era protagonista de la serie Suits.