El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE) informó este martes que desestimó los pedidos para cancelar la personalidad jurídica del Movimiento Al Socialismo -Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), el partido político liderado por el ex mandatario Evo Morales. En un comunicado de este 31 de diciembre de 2019, el TSE informó que se analizaron “dos memoriales y una nota recibidos en las últimas semanas” con estos reclamos.
“Por unanimidad, la Sala Plena del TSE desestimó estas demandas pues ninguna de ellas se adecúa a las causales de pérdida de la personalidad jurídica de las organizaciones políticas previstas por la ley 1096 de Organizaciones Políticas. Las decisiones se tomaron en base a un análisis detallado y fundamentado de la legislación boliviano. Igualmente, se consideraron elementos doctrinales internacionales. El Organismo Electoral se compromete a evaluar cualquier asuntos jurisdiccional que se someta a su consideración bajo los principios de imparcialidad y apego al derecho”, señaló el texto del TSE.
Y concluyó: “Por lo tanto, el MAS-IPSP mantiene todas las prerrogativas y los deberes de las organizaciones políticas bolivianas y se encuentra legalmente habilitado para participar en los procesos electorales 2020”.
Por otro lado, el TSE baraja el mes de junio para la celebración de las elecciones generales para la restauración democrática en Bolivia después de la dimisión del presidente Evo Morales y otros altos cargos en medio de una ola de protestas y la presión de Policía y Ejército.
EL TSE deberá publicar el calendario electoral el 7 de enero como muy tarde para que se cumplan los plazos fijados, que depararían una toma de posesión del nuevo presidente o presidenta para el 6 de agosto conforme al calendario tradicional boliviano.
El borrador de la agenda electoral fue presentado el viernes pasado a los vocales departamentales del TSE para su consideración. “No se han establecido fechas concretas, pero sí hay topes. Teniendo en cuenta que se está sujeto a cambios, el borrador del calendario electoral señala que la primera vuelta de las elecciones, se desarrollaría en junio”, ha explicado el vocal del Tribunal Departamental de Potosí, Julio Mujica, en declaraciones al periódico boliviano El Deber.
“Si hubiera segunda vuelta se haría en julio y el nuevo Gobierno se posesionaría en agosto. Es la información que se puede dar”, ha apuntado Mujica. Las fechas se están manejando con carácter muy reservado. Ni miembros del TSE ni otros vocales departamentales han querido referirse al tema hasta que se concreten los plazos.
El procedimiento está lastrado por el hecho de que en algunos departamentos como Santa Cruz, Chuquisaca y Potosí los tribunales departamentales electorales carecen de infraestructura debido a las violentas protestas anteriores y posteriores a la salida de Morales del poder.
“Estamos haciendo los esfuerzos para cumplir con los plazos que son cortos. Hay la capacidad de trabajo, pero es muy complicado en Santa Cruz, porque no tenemos infraestructura. Estamos con oficinas quemadas y documentación perdida. Nuestros vehículos datan del año 1998 y 2004. Hay que viajar a las provincias en un departamento que es el más grande del país”, ha explicado el vocal del Tribunal Departamental Electoral de Santa Cruz, Marcelo Yabeta.
La crisis política en Bolivia se desató tras las elecciones presidenciales del 20 de octubre, en las que el ahora ex presidente Evo Morales proclamó su victoria pero la oposición denunció un “fraude gigantesco”.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha concluido en su informe final que en los comicios hubo “manipulación dolosa” y “parcialidad”, así como “irregularidades graves”, tales como la “falta de resguardo de las actas” y la pérdida de “material sensible”.
Morales dimitió el pasado 10 de noviembre y huyó a México en medio de la presión de las protestas y de la falta de apoyo de Policía y Fuerzas Armadas. Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder dejado por el antiguo mandatario y la renuncia de otros altos cargos.
Bolivia se prepara ahora para celebrar unas nuevas elecciones en las que ni Morales ni su vicepresidente, Álvaro García Linera, podrán participar, conforme al acuerdo al que su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), y los partidos de la antigua oposición han llegado en el Congreso.
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