Mientras metía cada una de las pastillas en su boca se preguntaba si estaba segura de lo que hacía. Pero no podía detenerse: 10, 20, 50 pastillas…”¿Estás segura?”, seguía cuestionándose Mel B, el día que intentó suicidarse por segunda ocasión. La primera vez había sido cuando tenía 14 años, después de robar píldoras que encontró en algún lugar de su casa.
Fue conocida a nivel mundial gracias a las Spice Girls, pero la vida de la irreverente y divertida “Scary Spice” estuvo lejos de ser un sueño y llegó a su punto más bajo en diciembre de 2014, cuando casi acaba con su vida.
“Atrapada en el vicio de mi propia imagen de celebridad, todas las sonrisas de afuera, en el interior eran miseria y baja autoestima. Siempre diciendo al mundo lo feliz que era, cuando en realidad todo lo que quería era gritar para pedir ayuda”.
Así lo relató Melanie Brown en su autobiografía Brutally Honest, publicada el año pasado.
La cantante dio qué hablar de nuevo hace unos días cuando reveló que había tenido una relación lésbica con su compañera en el grupo, la pelirroja Geri Halliwell.
“Ella va a odiarme por esto, porque ella es muy elegante, tiene su casa de campo y a su esposo, pero es un hecho. No fue algo serio, solo fue algo que sucedió. Nos reímos y ya, eso fue todo”, le reveló a Piers Morgan.
No era la primera vez que Mel B captaba la atención por alguna de sus declaraciones. Para muestra, el contenido de su autobiografía, en donde además de los intentos de suicidio habló de su consumo de drogas y de los tríos sexuales a los que se hizo aficionada.
Sobre su último intento de quitarse la vida, Mel B explicó que pensar en sus hijas la llevó a detenerse y fue llevada de emergencia a un hospital cuando ya había ingerido 200 pastillas.
La relación con su esposo Stephen Belafonte era una fuente continua de problemas y dolor. La pareja se separó en medio de revelaciones como el hecho de que Stephen la tenía amenazada con difundir videos íntimos para que no lo dejara o que ella había sido víctima de violencia varias veces.
Sin embargo, fue idea de la propia Melanie invitar a otra mujer a su cama. Primero fue una amiga con la que bebió y se divirtió. Desde entonces disfrutó la experiencia y solía ubicar chicas en fiestas de Los Ángeles o en clubes nocturnos. Las sesiones sexuales eran grabadas por el propio Belafonte.
En cuanto a su experiencia con las drogas, Mel B reconoció: “No estoy orgullosa de haber consumido cocaína, pero no puedo decir que no me ayudaba por las mañanas tener una línea del polvo”.
La cantante dijo que “el polvo” salía de su bolsa y llegaba a su nariz, una línea tras otra, pero “la cocaína solo hacía peor mi depresión y estaba constantemente ansiosa”.
Parece que la ex Spice Girl decidió dejar atrás ese infierno, pero no abandona la idea de seguir sorprendiendo con sus declaraciones.
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