Las novedades en inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático se integran cada vez más rápidamente a la vida cotidiana: desde los asistentes de voz a blockchain, desde las búsquedas en navegadores a las sugerencias de compras. Lo mismo sucede en el mundo del trabajo, donde puede cambiar por completo la dinámica conocida hasta ahora. Se sabe que la tecnología terminará con numerosas ocupaciones y generará otras, y en general la actitud de los trabajadores ha sido de temor. Sin embargo, según una reciente encuesta global de Oracle y Future Workplace, eso está cambiando y el 64% de los trabajadores confía más en la IA que en su jefe humano.
“Contra los temores más comunes sobre cómo la IA impactará los empleos, empleados, gerentes y líderes de recursos humanos del mundo hablan de una adopción mayor de la IA en el trabajo, y muchos le dan la bienvenida con afecto y optimismo”, según el informe de Oracle a partir de una encuesta de 8.370 personas, en su mayoría de 26 a 54 años (80% del total; 7% de 18 a 25 y 13% de 55 a 74) en 10 países. Casi la mitad eran empleados (48%); el 27%, jefes, y el 25%, encargados de recursos humanos.
“La gente tiene más confianza en los robots que en sus jefes, según la segunda encuesta anual IA en el Trabajo”, detalló. “La IA es cada vez más prominente, y el 50% de los trabajadores actualmente utilizan alguna forma de IA en el trabajo, en comparación del 32% el año pasado”. Con ese aumento del contacto entre seres humanos y máquinas se incrementó también el buen entendimiento. “El 65% de los trabajadores es optimista, siente entusiasmo y agradece la posibilidad de tener compañeros robots, y casi la cuarta parte dice tener una relación afectuosa y gratificante con la IA en el ámbito laboral”, agregó el estudio.
“¿Renunciarías a tu computadora si tu jefe te diera una máquina de escribir?”, ilustró a The Boston Globe Natan Linder, director ejecutivo de Tulip, una plataforma que lleva la IA a las fábricas. Al comienzo los empleados suelen reaccionar negativamente a sus servicios: “¿Nos van a reemplazar?”, le preguntan. “Pero una vez que su trabajo mejora, pierden el interés en volver atrás”.
Eso explica que, en comparación con tecnologías anteriores, la IA se adopte a una velocidad mucho mayor. Según una estimación de PWC, contribuirá hasta USD 15,7 billones a la economía mundial hacia 2030, de los cuales USD 6,6 billones corresponderán a mayor productividad. Y USD 9,1 billones se derivarán de efectos secundarios en el consumo, lo cual reflejará diferencias sociales: las personas con un grado universitario estarán expuestas a la IA cinco veces más que aquellas que sólo terminaron el secundario, según un trabajo de Brookings Institution.
Los sistemas informáticos que pueden realizar tareas complejas que solían necesitar del cerebro humano —la definición más sencilla de IA— no tienen una presencia uniforme globalmente. En China y en India, por ejemplo, casi ocho de cada 10 trabajadores interactúa con IA, mientras que en Francia y en Japón la proporción baja a tres de cada 10. Eso también afecta la valoración: el 60% de los encuestados en India y el 56% de los de China están muy entusiasmado con la IA, mientras que la cifra baja al 25% entre los japoneses y al 8% entre los franceses.
También se observaron diferencias entre los géneros: los hombres mostraron una perspectiva más positiva de la IA en el trabajo (32%) que las mujeres (23%), y también dijeron que ya habían consultado a un robot antes que a un jefe humano (56%) que las trabajadoras (44%). La edad fue un factor adicional de variación: los Millennials resultaron los más entusiastas (31%), seguidos por la Generación Z (24%) y la Generación X (22%), mientras que los baby boomers, con un 14%, se mostraron como los más resistentes.
El ingeniero Dan Ron, que utiliza IA en la fabricación de implantes dentales, dijo al periódico de Massachusetts que él sin dudas se cuenta entre los que confían más en las máquinas que en los humanos: “Sé que repiten, que van a darme constantemente los resultados que se esperan, mientras que la memoria falla. Incluso los mejores trabajadores pueden tener un mal día”.
Y una empleada de DHL de 19 años, Yinaira Valentin expresó algo similar desde una posición diferente: “Ella se sintió cómoda de inmediato con los robots —fabricados por Locus Robotics, de Wilmington— que la ayudan a encontrar artículos en el almacén, porque facilitan su trabajo de empaque. ‘Siento que puedo confiar en ellos’, dijo. ‘Si yo tomo un artículo equivocado, no me doy cuenta hasta que el robot me lo dice’”. No obstante, el 60% de los encuestados de Oracle coincidió en que las compañías deberían proteger a los trabajadores de la automatización en el trabajo, y la consecuente pérdida de empleos.
¿Confiaría en un robot como su jefe? Valentin dudó un segundo, pero dijo a continuación: “Sí, sería genial”. Ella está entre el 57% de estadounidenses que piensan eso. Una vez más, los encuestados de India y China fueron los más entusiastas: 89% y 88%, respectivamente, confiarían más en la IA que en sus jefes humanos actuales. Las cifras más bajas se vieron en el Reino Unido (54%) y en Francia (56%).
“El 82% de la gente cree que los robots pueden hacer las cosas mejor que sus jefes”, siguió el informe de Oracle. ¿Y a qué tareas se referían los encuestados, exactamente? “Brindar información imparcial (26%), cumplir los objetivos laborales (34%), resolver problemas (29%) y administrar un presupuesto (26%)”. Los humanos, sin embargo, tienen el monopolio de otras actividades: “Comprender las emociones (45%), enseñar al personal (33%) y crear una cultura laboral (29%)”.
“El estudio muestra que la IA está redefiniendo no sólo la relación entre empleados y jefes, sino también el papel de los jefes en un ámbito laboral operado con IA”, dijo Dan Schawbel, director de investigaciones de Future Workplace. “Según estos hallazgos, los jefes seguirán siendo importantes en el futuro si se concentran en actuar como humanos y utilizar esas capacidades propias mientras que dejan a los robots las cuestiones técnicas y las tareas rutinarias”.
“Estas diferencias tienen implicancias importantes para que las organizaciones puedan aprovechar al máximo a sus gerentes”, interpretó el estudio de Oracle. “Por ejemplo, los jefes que permite que la IA se ocupe más de la coordinación de las cuestiones administrativas y las tareas de control podrían liberar parte de su tiempo, su banda ancha mental y su energía para interactuar más directamente con sus empleados”.
El trabajo citó una investigación publicada en Harvard Business Review según la cual los gerentes emplean más de la mitad de su jornada de trabajo habitual luchando contra tareas de escaso valor, como preparar planes de horarios, hacer presupuestos y compilar informes. “Esto los deja con escaso tiempo precioso para actividades mucho más esenciales para la efectividad de su papel de jefes, en particular diseñar estrategias y dialogar cara a cara con los empleados”, analizó Oracle, que consideró como una buena salida “la adopción de IA para aliviarlos del peso administrativo”.
“No hay un enfoque de talla única para gestionar con éxito este cambio en la relación entre humanos y máquinas que se redefine en el ámbito laboral”, dijo Emily He, funcionaria superior de Oracle. “En cambio, las organizaciones deben aliarse con su departamento de recursos humanos para personalizar el abordaje con que se implementará la IA en el trabajo, a fin de satisfacer las expectativas cambiantes de sus equipos en el mundo”.
Los usos más frecuentes de la IA que informaron los encuestados son la recolección de datos sobre clientes y personal (31%), el software para entrenamiento (28%), la gestión de respuestas de atención al cliente (24%), asistencia digital o chatbots (22%), procesamiento de solicitudes de empleo (21%) y predicción de la tasa de éxito y retención del personal (17%). Las preocupaciones, en cambio, fueron sólo dos: seguridad y privacidad.
Con respecto a la seguridad, el 71% de los encuestados dijo que algunas veces se preocupaban por la posibilidad de mayores filtraciones de datos debido al uso de tecnologías; el 38% se manifestó muy preocupado. Y el 30% en general manifestó dudas sobre el respeto a la privacidad que se deriva de incorporar IA en el trabajo, con las cifras más altas en India (46%) y China (44%)
Por último, la complejidad se mencionó como una cuestión a abordar. “La mayoría de los participantes (76%) dijeron que les resulta difícil mantenerse al día con los cambios tecnológicos en el ámbito laboral. Por eso no debe sorprendernos que los empleados a los que preguntamos quieran una experiencia simplificada”, destacó Oracle. El 34% dijo que una mejor interfaz sería una gran manera de incrementar el acceso a la IA. El 30% dijo que quería capacitación sobre las prácticas recomendadas en IA y otro 30% expresó su deseo de experiencias personalizadas.
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