Una mezcla de solemnidad y tristeza se unen a las huellas de la destrucción que causó el fuego en la catedral de Notre Dame, a ocho meses del incendio que conmovió al mundo. El monumental templo todavía tiene prohibida la entrada a visitantes, pero la cadena France 24 pudo recorrer el lugar para mostrar el actual estado de la iglesia.
Si hoy Notre Dame sigue en pie es porque los primeros equipos de bomberos lograron conservar la estructura de madera de las dos torres de la fachada, tras una noche que quedará en los anales de la historia. Pero los expertos aclaran que el peligro sigue latente.
“Si quitamos la madera quemada y los pedazos de los marcos que se quemaron, y los elementos metálicos que se han acumulado desde el 15 de abril, no sabemos qué va a pasar. Así que hoy no podemos decir que Notre-Dame ha sido salvada”, señala el arquitecto en jefe Philippe Villeneuve, encargado de la reconstrucción, que manifestó también su preocupación por el estado de la bóveda y el techo.
Al levantar la mirada, queda claro que el trabajo pendiente es arduo, aunque ya se utilizaron 50 de los 1.000 millones de dólares donados tras el incendio.
Para continuar con el lento retiro de los andamios quemados, los metales retorcidos y las maderas ennegrecidas, primero es necesario reforzar la estructura de 300 toneladas para mitigar el riesgo de derrumbe. Se espera que este proceso dure hasta junio
En la nave, todavía es visible parte del esplendor de antaño. La mayoría de escombros han sido limpiados, aunque el hueco del techo dejar entrar la lluvia de París.
Frente a la catedral, carpas albergan parte de los escombros. Pedazos de piedra y metal están siendo restaurados por arqueólogos, y algunos podrían ser utilizados en la reconstrucción, con una importante carga simbólica.
Sin embargo, ese es un tema controversial. La cuestión sobre cómo se reconstruirá la famosa aguja no será abordada oficialmente hasta 2021, pero ya se produjeron cruces sobre el diseño a utilizar.
En noviembre, el arquitecto Villeneuve defendió la idea de rehacer de manera idéntica la emblemática la estructura de 93 metros de altura, en contradicción de la idea del presidente Emmanuel Macron de inscribir un “gesto contemporáneo”.