Las autoridades brasileñas desarticularon este viernes una red internacional dedicada al contrabando de oro, el cual era extraído principalmente en minas venezolanas y comprado ilegalmente en Brasil.
El grupo delictivo, integrado por brasileños y venezolanos residentes en el estado brasileño de Roraima, fronterizo con Venezuela, llegó a contrabandear 1,2 toneladas de oro entre 2017 y 2019, por valor de 230 millones de reales (55 millones de dólares), según informó la Policía Federal en un comunicado.
La banda compraba el oro extraído de Venezuela o de minas ilegales del estado de Roraima y para ello contaba con la colaboración de funcionarios públicos, entre ellos un fiscal y una auditora, quienes recibían sobornos a cambio de emitir documentos falsos para certificar la legalidad del metal precioso.
El oro era posteriormente comercializado por una empresa del interior del estado de San Pablo, que lo vendía al extranjero a pesar de “los latentes indicios de irregularidades sobre el origen” del mismo. Según fuentes de la investigación, el oro era exportado a los Emiratos Árabes y a la India.
De acuerdo con la Policía, tan solo en 2018 la compañía investigada exportó más de 1.000 millones de reales (unos 238 millones de dólares) en oro, llegando a triplicar su facturación en los últimos tres años.
En el marco de la operación, bautizada de “Hespérides”, más de 150 policías salieron a la calle para cumplir 85 órdenes de prisión y allanamiento en los estados de Amazonas, Río Grande do Norte, Rondonia, Roraima y San Pablo.
Una de las personas buscadas por la Policía ya contaba con una orden de prisión expedida por la justicia de República Dominicana por tráfico de drogas y blanqueo de capitales y consta en lista de notificaciones rojas de la Interpol.
En caso de ser condenados, los líderes del grupo delictivo podrían recibir penas de más de 50 años de cárcel, de acuerdo con la Policía Federal.