San Salvador, EFE.- Representantes de jóvenes de Centroamérica pidieron este jueves que se genere un diálogo regional “profundo”, en el que se les incorpore, para solucionar situaciones políticas, económicas y sociales que afectan a sus países, en especial aquellos que se encuentran en procesos de conflictos sociopolíticos.
El hondureño Kevin Zelaya señaló, durante un foro organizado por la Secretaría de la Integración Centroamericana (SICA), que “consientes de la importancia de la participación real de las juventudes en estos procesos, consideramos crucial generar un diálogo centroamericano profundo, especialmente en aquellos países que se encuentran en procesos de conflictos”.
Zelaya indicó que “los jóvenes no podemos tomar posiciones pasivas (ante conflictos sociales o políticos), sino que debemos de ser garantes del respecto a los derechos humanos”.
“Las juventudes somos socios estratégicos para el desarrollo y el proceso de integración centroamericano, por lo que tenemos toda la intención de ser activas y propositivas para generar una región de oportunidades para todos”, indicó.
De los países de la región, Nicaragua es el que enfrenta una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos, presos y desaparecidos, así como miles de heridos y decenas de miles en el exilio, entre estos jóvenes, debido a los ataques armados del Gobierno contra manifestantes.
Las palabras del joven hondureño fueron brindadas en el marco del Foro Regional SICA 2019, que se lleva a cabo en un hotel de San Salvador y se denomina “Por el Desarrollo de Centroamérica: construyendo una región de oportunidades”.
El foro reúne a destacadas figuras, expertos en diversos ámbitos y representantes de organismos internacionales.
La actividad, que concluye este jueves, constituye un proceso de diálogo en beneficio y fortalecimiento de la institucionalidad regional, de la consolidación de la paz y la democracia.
La edición 2019 hace particular énfasis en la juventud, por ellos se desarrolló el Primer Encuentro SICA Joven.
El SICA, constituido en 1991, está integrado por República Dominicana, Costa Rica, Belice, Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Panamá; y cuenta con más de una veintena de países observadores regionales y extra regionales.