Por: Kevin Noble Maillard
¿Cuál es la manera más precisa de describir la relación que tienen los niños con “Frozen”? La adoración no es suficiente, y describirla como obsesión no es lo adecuado. Es más como una catexis, una energía muy intensa enfocada en una sola entidad. Sin embargo, si le preguntas a cualquier padre de un niño de edad escolar lo que piensa de “Libre soy”, el himno de la película de 2013, te responderá con una parálisis instantánea como de zombi, seguida de frases como “la hemos escuchado un millón de veces” y un suspiro de derrota.
Por desgracia, queridos adultos, la segunda era de Arendelle se acerca. Cubran sus oídos. “Frozen 2” se estrenará en cines el 22 de noviembre. Por eso hablé con familias de todo el país y del Reino Unido para ver cómo cambiaron sus vidas Elsa, Anna y esa canción. A continuación los fragmentos editados de las animadas conversaciones que tuvimos.
Elsa Gustafson-He, de 6 años, y su madre, Mona He, de Londres.
Elsa: Cuando era pequeña, me encantaba tener el mismo nombre que Elsa.
Mona He: No le pusimos ese nombre por la película. Se estrenó cuando ella ya tenía 1 año y medio.
Elsa: Escuché “Libre soy” por lo menos 91 veces.
Mona He: Eran 91 veces… a la semana.
Horatio Dennis, de 4 años, y sus padres, Mark y Erin Dennis, de Brooklyn.
Horatio: ¡Me gusta la canción de Kristoff con la que le dice buenas noches a su reno!
Mark Dennis: Cuando escucho la música, me tapo los oídos con los dedos y canturreo muy fuerte. Soy cínico y británico.
Erin Dennis: A mí me parece perfecta, porque tiene un mensaje de empoderamiento femenino. Lo que me preocupa un poco es que mi esposo tiene un problema con las mujeres poderosas.
Mark Dennis: Pero por eso me casé contigo. ¿Qué te dice eso?
Aidan O’Hara, de 11 años, los gemelos Smith y Stella O’Hara, de 4, y su madre, Stephanie O’Hara de Norman, Oklahoma.
Aidan: Mis hermanitos la ponen todo el día. Es muy icónica.
Smith: Me encanta “¡Libre soy!”. Elsa quiere quitarse los guantes para asegurarse de tener diez dedos.
Stella: Es su canción favorita. ¡Lo es! La canta muchas veces. Me vuelve loca.
Stephanie O’Hara: El otro día entré a la habitación de Smith y estaba en ropa interior y envuelto con una cobija, girando y cantando “Libre soy” a todo pulmón frente al espejo. ¡He escuchado esa canción tantas veces que los oídos me sangran! Pero eso jamás se lo digo.
Boston Vigil, de 10 años, y su madre, Heather Holladay, de Birmingham, Michigan.
Heather Holladay: Cuando conocimos a Elsa en Disney World, fue como ver a Elvis. No sabía qué hacer. Se la pasó dando vueltas como una adolescente y decía: “Ay, Dios, ay, Dios”.
Boston: A mí me gusta Elsa porque tiene poderes. Me gusta cómo hace que el hielo se eleve desde el piso.
Heather Holladay: Durante una Navidad que pasamos en Florida, Boston se enteró de que no hacía suficiente frío para hacer un muñeco de nieve. Nos sugirió que en cambio cantáramos todos juntos la canción. En la parte que habla de jugar juntos, dijo: “Pero siempre seremos amigos. Siempre querré jugar contigo, mami”.
Vanessa Chiu, de 8 años, Caspian Chiu, de 5, y su padre, Victor Chiu, de Nueva York.
Vanessa: Antes tenía un bolso de “Frozen” con un micrófono incluido. Reproducía música de la película, y podías cantar las canciones.
Caspian: ¡No sé qué le pasó!
Victor Chiu: A los niños les gusta porque Disney así se lo dice. La vuelven ubicua.
Caspian: ¡Qué buena palabra!
Victor Chiu: No puedes escapar de la máquina publicitaria.
Sarah Rider, de 7 años, Calvin Rider, de 6, Silvia Rider, de 2, y sus padres, Peter Rider y Glenn Hill, de Brooklyn.
Sarah: Cuando era más pequeña, me enloquecía la película. Teníamos vestidos de Elsa y Anna. Y Kristoff y el pequeño Olaf. ¡Y una peluca de Elsa!
Peter Rider: Me encontré una fotografía de su clase de prescolar de 4 años en Halloween. Había como dieciocho niños en la clase, y 10 eran Elsa. Y ella era una de ellas.
Glenn Hill: También tuvimos un cumpleaños con temática de “Frozen”.
Peter Rider: Nuestra hija de 2 años dijo: “Oye, Google”, antes de decir cualquiera de nuestros nombres. Ahora siempre le grita a la máquina: “Oye, Google, pon ‘Libre soy!’”. Es una constante de su repertorio.
Zoe Toby, de 9 años, y su madre, Mekeisha Madden Toby, de Los Ángeles
Zoe: ¡El poder de Anan es cuidar a todos! Cuida a Olaf. Puede crear cosas y divertirse. Y todos pueden hacer eso, excepto nuestro presidente.
Mekeisha Madden Toby: Pero ahora tienes ese poder. Te preocupas por los demás y eres cariñosa.
Zoe: Bueno, me gustaría que mi poder fuese volar. Podría llegar a todas partes más rápido y jamás llegar tarde a la escuela.
Mekeisha Madden Toby: Todo en su escuela se trataba de “Frozen”: programas, fiestas, todo. No tenía fin.
Zoe: Anna es la hermana más divertida porque Elsa es demasiado correcta. En el preescolar, a la gente le gustaba lo apropiado, porque es elegante serlo, pero a mí me gusta aferrarme a mis principios.
Jessie-Pearl Limberger, de 10 años, Anne-Mae Limberger, de 7, y su madre, Charlita Mays, de Brooklyn.
Jessie-Pearl: Tengo sentimientos encontrados con “Libre soy”. Le daría un cinco o un seis. Me gusta la canción, pero no la personalidad de Elsa. Su peinado y su voz estuvieron bien, pero me parece que quiere llamar la atención.
Anne-Mae: Me gustaba mucho Elsa cuando era más pequeña. Me gustaba un 1899 por ciento.
Charlita Mays: Ya no les obsesiona tanto como cuando se lanzó la película. Ahora ya la superaron.
Martha Bowers, de 12 años, Helen Bowers, de 7, y su madre, Erin Bowers, de High Point, Carolina del Norte.
Helen: Se trata del amor de dos hermanas y sobre cómo puede provenir de lugares distintos, no solo de una pareja. O los hombres.
Martha: Es muy bueno ver un giro en una trama de Disney en el que una princesa salva a otra, y son hermanas. Es algo nuevo y de mente abierta.
Erin Bowers: Como tengo dos hijas, fue una parte obsesivamente importante de nuestras vidas. Dos veces. Helen aún la escucha.
Martha y Helen (juntas): Compramos nuestros boletos [para ver “Frozen 2”] hace semanas.
Erin Bowers: Solo espero que las canciones de “Frozen 2” no sean malas. Si tengo que escucharlas mucho, espero que sean buenas.
Kiaran Katyal, de 8 años, Jasmine Katyal, de 4, y su madre, Sonia Katyal, de Berkeley, California.
Jasmine: Me gustan Elsa y Anna porque son buenas y juegan juntas. Son hermanas mágicas. Están jugando Monopoly conmigo en este momento.
Sonia Katyal: Mis hijos están enamorados el uno del otro. Es genial que vean hermanos que también son cercanos. En mi testamento incluso puse una referencia de “Frozen” sobre el amor fraternal.
c.2019 The New York Times Company