El grupo aeronáutico estadounidense Boeing ganó 374 millones de dólares hasta septiembre, un 95 % menos interanual, mientras permanecen vetados en todo el mundo sus aviones 737 MAX, que prevé poner en servicio en los próximos tres meses.
La facturación de Boeing se redujo un 19 % en los nueve primeros meses de 2019, hasta los 58.648 millones de dólares, según informó en un comunicado que refleja la crisis que atraviesa debido a los dos accidentes mortales de su modelo estrella por un fallo de seguridad, a finales del año pasado y principios de 2019.
“La compañía ha asumido que la aprobación regulatoria de la vuelta al servicio del 737 MAX comenzará en el cuarto trimestre de 2019 y que gradualmente incrementará su producción de 42 anuales a 57 anuales a finales de 2020”, indicó la firma.
El gigante aeronáutico “sigue trabajando con la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) y las autoridades globales de avión civil para finalizar los pasos restantes que lleven a la certificación y puesta en marcha” del aparato y es a ellas a las que corresponde “determinar las fechas y condiciones” en cada jurisdicción.
En cuanto al tercer trimestre de su ejercicio fiscal, al que más prestaban atención hoy los analistas de Wall Street, Boeing ha reducido un 51 % sus ganancias, hasta los 1.167 millones de dólares, y un 21 % sus ingresos, hasta 19.980 millones.
La empresa aeronáutica está bajo escrutinio a causa de los siniestros ocurridos en Indonesia y Etiopía, que dejaron un total de 346 fallecidos, y en marzo frenó la entrega del modelo MAX y recortó su producción, lo que ha afectado tanto a su cadena de suministro como a las aerolíneas, que han visto interrumpidas sus operaciones.
En ese sentido, Boeing está almacenando los aviones y señaló que los “costes estimados de producción del modelo 737 (…) se incrementaron en 900 millones de dólares, principalmente para reflejar las asunciones sobre la fecha del retorno al servicio y el calendario de los incrementos del ritmo de producción planeados”.
El pasado viernes, el Gobierno de Estados Unidos pidió explicaciones a Boeing por ocultar las preocupaciones de dos de sus miembros respecto al software del modelo siniestrado y ayer martes la firma ha cesó a su director de aviones comerciales, Kevin McAllister.
El consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, a quien también le fueron retiradas las atribuciones de presidente ejecutivo la semana pasada con el objetivo de que se centrara en la crisis, dijo en la nota que están haciendo “progresos firmes” en garantizar su “retorno seguro”.
Los resultados, divulgados antes de la apertura de la sesión en la Bolsa de Nueva York, fueron bien acogidos entre los inversores y en las operaciones electrónicas previas las acciones de Boeing, que cotizan en el Dow Jones de Industriales, avanzaban un 0,86 %.