Centenares de personas salieron hoy a las calles en diferentes puntos de Irak para demandar más servicios básicos y protestar contra la corrupción y el desempleo, un acto que en Bagdad se tornó en una batalla campal entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, causando un muerto y 200 heridos.
En una estampa a la que los capitalinos no son ajenos, decenas de manifestantes lanzaron piedras y botellas vacías a las fuerzas de seguridad y fueron respondidos con cañones de agua, gases lacrimógenos, disparos al aire, palos y decenas de detenciones.
La protesta se salió de control cuando aumentó el número de manifestantes que habían comenzado a agruparse a primera hora de la mañana en la plaza Tahrir y la multitud trató de avanzar hacia al aérea que la conecta con la fortificada Zona Verde, donde se encuentran los principales edificios gubernamentales y embajadas.
Para entonces, las protestas, que comenzaron como una llamada a mejorar los servicios básicos en declive en Irak, pasó a ser un grito a la caída del Ejecutivo en general.
Los enfrentamientos causaron al menos un muerto y cerca de 200 heridos, entre ellos unos 40 efectivos de las fuerzas de seguridad, confirmaron en un comunicado conjunto los ministerio de Interior y Sanidad.
Muchos de los heridos abandonaron los centros médicos tras recibir primeros auxilios y casi medio centenar permanecen hospitalizados, según la nota, en la que los departamentos llamaron también a “la calma y el autocontrol”.
En vista de las “decenas” de heridos con las que saldaron los choques, además de 11 detenidos en Basora (sureste) y otros 30 en Wasit (este), la gubernamental Autoridad de Derechos Humanos Iraquí llamó a los tres poderes a que abran una investigación para esclarecer qué provocó su salida de “control”.
En esta línea, el influyente clérigo chií Muqtada al Sadr realizó la misma petición a los poderes iraquíes, a los que animó a que lleven a cabo una pesquisa “justa” sobre lo ocurrido hoy.
La etiqueta #bajo_para_conseguir_mi_derecho comenzó a dar vueltas por las redes sociales en los últimos días convocando a protestar el martes contra la falta oportunidades laborales y la corrupción, así como para demandar una mejora en los servicios médicos, eléctricos y de agua.
Un activista de la sociedad civil, Mohamed Saad, denunció en declaraciones a Efe la falta de servicios públicos, que “han alcanzando su nivel más bajo, algo propio del país más pobre del mundo y no de un país rico en petróleo” como Irak.
Por su parte, Tahsín al Oqaib, recién graduado y desempleado, dijo a Efe que participó en las protestas para exigir puestos de trabajo y que se juzgue a “los corruptos que han robado los recursos del país y despilfarrado el dinero público”.
Algunos manifestantes del clan Al Sauaed, al que pertenece el popular excomandante del Aparato Antiterrorista Abdul Wahab al Saadi, sacado de su puesto en los últimos días, aprovecharon para mostrar su rechazo al paso, ordenado por el primer ministro, Adel Abdelmahdi.
Horas después de concentrarse en Tahrir, los lemas por los servicios básicos y contra la corrupción comenzaron a decaer y quedaron apagados por otros contra el Gobierno, como “El pueblo quiere derrocar al régimen”.
En los últimos meses se han registrado otras protestas en Irak por los mismos motivos, a pesar de las promesas del Gobierno de Abdelmahdi, formado el pasado octubre con perfil tecnócrata, de hacer frente a los acuciantes problemas económicos.
El año pasado, también se registraron protestas en varias ciudades del país, sobre todo en la ciudad petrolera de Basora en contra de la corrupción, un problema endémico en el país desde el régimen del partido Baath del presidente Sadam Husein, derrocado por las tropas estadounidenses en 2003.