París vive este viernes una jornada de caos circulatorio con cientos de miles de personas afectadas que han tenido que modificar sus modos de desplazamiento por un paro masivo del transporte urbano contra la reforma de las pensiones.
Desde primera hora de la mañana, las consecuencias del paro de la RATP, la entidad del transporte metropolitano, eran evidentes en las calles, atestadas de coches y de viandantes, y en las autopistas de acceso, donde antes de las 8.00 hora local (6.00 GMT) ya se acumulaban 285 kilómetros de atascos, según el organismo oficial Biston Futé.
Diez líneas de metro están completamente paralizadas, cuatro funcionan muy parcialmente durante las horas punta y solo circulan normalmente las dos automatizadas pero con una afluencia muy superior a la habitual.
En los trenes de cercanías, las dos principales líneas (RER A y RER B, esta última el principal acceso a los dos aeropuertos de la capital) tienen un servicio muy limitado.
La situación es similar con los autobuses, ya que sólo salen de sus garajes una tercera parte, y con los tranvías.
Muchas personas han optado por un plan B, como realizar trayectos a pie, en bicicleta o en patinete, el teletrabajo o pedir un día libre.
El paro, convocado por los sindicatos representativos de la RATP, es la primera gran protesta tras la vuelta de las vacaciones de verano contra la reforma de las pensiones que promueve el Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, y cuyo eje principal es crear un sistema por puntos y unificar la cuarentena de regímenes que existen en la actualidad.
Eso concierne directamente a los empleados de la RATP, que tienen un régimen especial muy ventajoso que les permite jubilarse entre los 51 y los 62 años, con una pensión calculada únicamente sobre los seis últimos meses de su carrera.
Solidaires, una de las centrales, explicó en un comunicado que defienden ese régimen especial porque lo consideran la “base de un contrato social construido para crear un cierto equilibrio frente a las obligaciones vinculadas a sus misiones de servicio público”.
La de este viernes abre una larga serie de movilizaciones ya programadas contra la reforma de las pensiones.
El próximo lunes están convocados a un paro colectivos como médicos, enfermeras, fisioterapeutas, pilotos de línea o personal de cabina de los aviones.
El jueves se ha previsto otra en la eléctrica estatal EDF; el sábado 21 el sindicato Fuerza Obrera ha organizado una manifestación nacional en París; tres días después serán la Confederación General del Trabajo, Solidaires y SUD-Rail los que desfilarán por todo el país.
El primer ministro, Édouard Philippe, se esforzó este jueves en subrayar que desde este mes de septiembre y hasta finales de año se abre una ronda de consultas ciudadanas, en paralelo a las conversaciones con los sindicatos y la patronal, para discutir de temas como la edad de la jubilación, la duración de las cotizaciones y la transición entre el actual y el próximo sistema de pensiones.
Philippe dijo que el futuro proyecto de ley de reforma de las pensiones, que no estará plenamente vigente hasta 2040, se votará en la Asamblea Nacional “de aquí al próximo verano”.