EFE
- Ocasionalmente consumía pan de molde con jamón o salchichas, pero rechazaba la fruta y la verdura.
- El problema fue detectado hace años, pero no siguió el tratamiento y el daño se agravó.
Un adolescente británico ha sufrido una severa “pérdida de visión” que dificultará su capacidad para leer o reconocer caras después de pasar años alimentándose únicamente a base de patatas fritas y, ocasionalmente, pan de molde. A pesar de que el problema fue detectado hace cuatro años, la afección se agravó porque no siguió el tratamiento prescrito por los médicos.
El chico de Bristol tiene 17 años y su visión se ha deteriorado hasta el punto de que se le ha diagnosticado ceguera, según ha informado este martes la cadena de televisión británica BBC.
Este problema responde a los trastornos alimenticios que el chico arrastra, ya que su dieta se componía “esencialmente” de patatas fritas de un comercio local, aunque a veces también comía rebanadas de pan de molde con jamón o salchichas, de acuerdo con la doctora Denize Atan, que lo atendió en el centro médico.
Los médicos diagnosticaron que el niño, cuya identidad no ha sido facilitada por razones legales ni se ha informado de sus circunstancias familiares, padecía de una grave falta de vitamina B12 y vitamina D, además de otros minerales importantes.
“Explicó esto como una aversión a la textura de algunas comidas que no toleraba, así que las patatas fritas eran el único tipo de comida que sentía que podía comer”, ha explicado Atan, que ha detallado que rechazaba la verdura y la fruta.
El problema fue detectado hace años
La primera vez que se le detectó este problema, cuando tenía 14 años y acudió al médico aduciendo cansancio y malestar general, los médicos le recetaron varios suplementos para paliar la falta de vitaminas, pero no siguió el tratamiento ni mejoró su dieta.
“Tiene zonas ciegas en su visión. Esto quiere decir que no puede conducir y que tendrá grandes dificultades para leer, ver la televisión o reconocer caras”, ha argumentado Atan.
Al no tratarse el problema desde que fue detectado, el nervio óptico muere y el daño se vuelve permanente.
