
El líder de la Fuerza Boschista y dirigente nacionalista, Luis de León, apoyó la propuesta legislativa de ponerle el nombre de Máximo Gómez a la provincia Peravia, argumentando que el Generalísimo banilejo es un prócer y lo dio todo por la independencia de Cuba.
El diputado Luis Báez propuso recientemente ese cambio de nombre, con el apoyo de otros 75 legisladores. Luis de León, educador y dirigente político, saludó esa iniciativa, expresando que “ya llegó la hora de reivindicar y hacer justicia social, con el prócer y líder de la independencia cubana, el gran Máximo Gómez Báez“.
“La firma del manifiesto de Montecristi, el 25 de marzo de 1895, entre el Apóstol José Martí y Máximo Gómez, es una expresión genuina de liderazgo y fraternidad entre dos pueblos que se aliaron para combatir el poderío del imperio español a finales del siglo XIX”, expuso.
Recordó que, en su calidad de exviceministro de Educación, sometió al Congreso Nacional, de manera reiterada, tres propuestas de ley con estos fines:
1) Que se designe con el nombre de Máximo Gómez a la provincia Peravia, por su obra política, independentista y humanista;
2) Que el día 18 de noviembre de cada año, fecha natalicia del Generalísimo Gómez, sea reconocido como el “Día del Internacionalismo Dominicano“, por su gestión y epopeya histórica en Cuba; y
3) Que la avenida Máximo Gómez sea rebautizada como “Avenida de la Educación”, porque en ella están los ministerios de Educación y Educación Superior, universidades, centros y espacios culturales, estaciones del metro, además de instituciones cívicas.
En el mismo documento, aclaró que Máximo Gómez no combatió a los restauradores dominicanos, sino que estaba inscrito en la reserva del Ejército español y que, además, sus luces son mucho más que sus sombras, en razón de que su amor y lealtad a los pueblos dominicano y cubano están a toda prueba y lo convierten en un paladín de la manigua antillana.
De Léon, exaspirante presidencial, resaltó que el Generalísimo Máximo Gómez le dio al mundo un magnífico ejemplo de dignidad y grandeza, siendo llamado “el Napoleón de las Guerrillas“, por su arrojo y fiereza en los campos de batalla, combatiendo a uno de los ejércitos más poderosos del mundo en ese momento.
“Sobre todo, con su decoro y temple, demostró muchas veces su condición de dominicano de pura cepa, cuyas actuaciones libertarias en Cuba, participando con bizarría en la Guerra Grande (1868-1878), la Guerra chiquita y después, en la guerra definitiva (1895-1898)”, continuó el educador.
Luis de León, miembro de Número del Instituto Duartiano y coordinador de la Cátedra Extracurricular “José Martí” de la UASD, exaltó el ejemplo histórico ofrecido por el prócer banilejo y su espíritu de desprendimiento, cuando le ofrecieron la presidencia de Cuba y dijo lo siguiente:
“Todo cuanto hice por la libertad y la independencia del pueblo de Cuba, lo hice como soldado devoto en representación del pueblo dominicano. No soy cubano, en consecuencia, no me pertenece ser presidente de esta nación”.