Nueva York.- Este lunes, Wall Street registró una fuerte caída en sus acciones, continuando la reciente ola de ventas desencadenada por las preocupaciones de los inversores sobre el impacto de las políticas económicas del presidente Donald Trump en la economía de Estados Unidos.
Según reporta Financial Times, los analistas están revisando sus expectativas ante el panorama incierto que enfrenta el mercado. JPMorgan ha advertido que el índice podría desplomarse hasta los 5.200 puntos, lo que implicaría una caída cercana al 10 % desde los niveles actuales. Por su parte, Citi considera que las políticas de Trump podrían hacer que el S&P 500 caiga hasta los 5.500 puntos, lo que reflejaría un deterioro aún mayor.
En diciembre de 2024, una decena de bancos globales proyectaba que el índice S&P 500 podría aumentar un 10 % en 2025, alcanzando los 6.550 puntos. Sin embargo, las recientes caídas han cambiado esta perspectiva, con el S&P 500 cayendo un 2,1 % este lunes, luego de un descenso del 3,1 % la semana pasada, su peor desempeño semanal en seis meses.
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El Nasdaq Composite, por su parte, sufrió una caída del 3,8 %, arrastrado por la debacle de las acciones de grandes tecnológicas, incluida una pérdida de casi el 9 % en Tesla.
Las acciones del fabricante de automóviles, que habían experimentado un repunte tras la victoria electoral de Trump en noviembre de 2024, ahora han perdido más del 50 % de su valor desde el pico alcanzado en diciembre.
Esta última caída no solo afectó a los mercados estadounidenses, sino que también tuvo repercusiones en Europa y Asia, donde los inversores siguen de cerca la evolución de los mercados globales.
Las pérdidas se produjeron poco después de que Trump, en declaraciones el domingo, se negara a descartar una recesión o un aumento de la inflación, a pesar de las crecientes preocupaciones de los empresarios sobre la falta de claridad en sus planes arancelarios.
Lisa Shalett, directora de inversiones de Morgan Stanley Wealth Management, explicó que los mercados están siendo impulsados por el temor al crecimiento económico y la posibilidad de una estanflación, producto de los rápidos cambios en las políticas de Washington.
