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Un alto funcionario del expresidente Joe Biden ha admitido que la administración estuvo engañando a los estadounidenses al desestimar las crecientes preocupaciones sobre la edad y la capacidad del presidente, el más anciano de la historia de los Estados Unidos.
Michael LaRosa, exasistente de la Casa Blanca y portavoz de la primera dama Jill Biden, reconoció que desde el primer día de la campaña, la administración era consciente de que la edad de Biden representaba un problema. Según LaRosa, los asistentes estaban “muertos de miedo” de permitir que el presidente realizara entrevistas improvisadas antes de las elecciones.
“La negación de las encuestas y el intento de ocultar la realidad fue parte de la estrategia”, afirmó LaRosa. En un seminario realizado en el Instituto de Ciencias de la American University, LaRosa explicó:
“Para mí, el encubrimiento es un poco duro, un poco severo. Todos los políticos, todos, todos los seres humanos intentan encubrir la edad. Siempre, desde el primer día, fuimos conscientes de que la edad era un problema”.
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Además, LaRosa se refirió al término gaslighting, utilizado para describir el comportamiento de la campaña durante esa etapa. “Hubo mucha negación de las encuestas. Y usaré el término gaslighting porque eso es lo que estaban haciendo, la campaña, los excolegas. El mensaje a todos fue que se aseguraran de decirle a la gente que es demasiado pronto”, comentó, aludiendo a las tácticas utilizadas por los asesores del presidente para minimizar las preocupaciones.
Biden fue objeto de numerosas encuestas negativas antes de las elecciones, en medio de temores generalizados de que sus meteduras de pata verbales, momentos de confusión y tropiezos físicos pudieran ser signos de envejecimiento avanzado y deterioro cognitivo. Sin embargo, la Casa Blanca insistió repetidamente en que Biden gozaba de buena salud.
The New York Time
Por: Itzel Olivo