Por Raúl Germán Bautista.- El reciente desalojo del kilómetro 9 de la autopista Duarte en Santo Domingo Oeste marca un hito en la recuperación de espacios públicos en República Dominicana.
La medida, ejecutada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), devolverá estas áreas verdes a la colectividad tras décadas de ocupación y arrabalización.
El kilómetro 9 se había convertido en un ejemplo de la apropiación indebida de terrenos públicos. Lo que debió ser un lugar de esparcimiento y convivencia social fue transformado en un mercado improvisado y peligroso, afectando tanto la seguridad como la estética del área.
Ambientalistas y excandidatos a la alcaldía de SDO, siempre establecían que este espacio, que debió servir de lugar para que la colectividad usara para el sano esparcimiento fue cedido, de manera inexplicable, por las autoridades municipales locales a los llamados “padres de familia”, convirtiendo el entorno en una “olla de grillos”.
Por docenas se cuentan las historias de las personas que fueron atracadas, mientras cruzaban o se desmontaban de un vehículo o los que trataban de cruzar el puente, por encima de la autopista, que era dificultoso cruzar, ya que, también, estaba lleno de vendedores informales, tanto dominicanos como haitianos.
Pero esa situación no le importó a nadie, menos a los que, por mandato de la Ley 176-07, tenían el derecho legal para hacer un entorno familiar, no lo que era, un mercado improvisado.
Pero ese mercado improvisado, esos terrenos públicos, tenía sus dueños, gente a la cual hubo que llamar y “darle lo suyo”, porque por las décadas que tenían usurpando un bien público ya les tocaba su liquidación.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), a través de la Unidad de Control de Derecho Vial (Codevial), tuvo que aprovechar una madrugada de este mes, como ladrón en la noche, para derribar estas edificaciones, que habían sido autorizadas por la alcaldía de Santo Domingo Oeste.
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La ampliación del kilómetro 9 trajo consigo esta decisión, que ninguna autoridad había querido o podido ejecutar por miedo a las implicaciones políticas.
El kilómetro 9 de la autopista Duarte, al igual que Pintura, en la 27 de Febrero (aunque falta una parte) ha sido dos puntos que les han tumbado el pulso a los arrablizadores y los que toman para sí las áreas verdes y espacios públicos.
Un gran paso se dio cundo sacaron la famosa “Pulga” del kilómetro 12 y limpiaron Los Coquitos, uno de los puntos más peligrosos de la República Dominicana.
Sigue haciendo falta que las autoridades les devuelvan los espacios públicos a los ciudadanos que, como en Santo Domingo Oeste, tienen muy pocos, ya que el populismo barato, según han denunciado muchos municipalistas, hace que se los cedan a grupos de “padres de familia”, en perjuicio de la colectividad.
IMPACTO DE LA OCUPACIÓN EN EL ENTORNO.-
Problemas de seguridad: Los atracos eran frecuentes, afectando a quienes cruzaban la autopista o utilizaban el puente peatonal.
Condiciones insalubres: La presencia de vendedores informales generó acumulación de desechos y contaminación.
Pérdida de espacio público: Autoridades locales cedieron estas áreas a grupos privados, perjudicando el bienestar colectivo.
