Miles de personas acudieron este martes a la Basílica de la Virgen de la Altagracia en la ciudad de Higüey, provincia de La Altagracia, principal centro de veneración de la advocación mariana en este país, donde el catolicismo es la religión oficial.
Aunque los actos principales se celebran el 21 de enero de cada año, no laborable en República Dominicana, desde días antes los peregrinos acuden al centro de adoración para tener la oportunidad de entrar y realizar peticiones ante la imagen de la Virgen María que se encuentra detrás del púlpito elevado a varios metros y al cual acceden por unos escalones.
“Vine ayer, dormí aquí (en los jardines de la basílica) y estoy en la fila para entrar y dar gracias a la virgen, porque tuve un accidente (automovilístico) en 2007 y mi madre hizo una promesa a la virgen para que yo no quedara lisiado y así ocurrió”, dijo a EFE Domingo Geraldo, un hombre de 40 y tantos años, quien asegura que “mientras pueda ir por sus propios medios” seguirá acudiendo cada año al lugar.
Como este hombre había cientos de personas en varias filas esperando el término de la misa oficial del día -se realizan otras antes y después de esta- en la que participó el presidente Luis Abinader, acompañado de su esposa, de la vicepresidenta Raquel Peña, de varios funcionarios y del expresidente Hipólito Mejía.
Este servicio fue encabezado por el obispo de la provincia de La Altagracia, Jesús Castro Marte, quien en su homilía pidió a las autoridades tener “sensibilidad” ante el drama que afecta a los trabajadores haitianos que viven en el país en condición migratoria irregular.
El prelado criticó la “doble moral” que, según él, se manifiesta en este punto, por lo que exhortó a las autoridades a buscar una salida jurídica a los contratos de “tantos extranjeros” que realizan su trabajo en la hostelería, construcción y el campo agropecuario, principalmente.
Castro Marte, sin embargo, fue más contundente cuando se refirió a los empresarios que contratan mano de obra haitiana. “Ellos son los emprendedores, si un constructor de una obra tiene trabajadores debe ser justo con el pago, no solamente con el pago, también con la seguridad social, la seguridad medica, y otras realidades que conlleva la contratación de cualquier trabajador”.
El obispo reclamó que la Justicia dominicana actúe con mayor celeridad, que las autoridades combaten el escándalo que muchos centros de diversión realizan cada día a costa de la salud de los ciudadanos y lamentó que a las mujeres que ejercen funciones públicas se les ataque solo por el hecho de ser mujer.
Una mujer que dijo llamarse Carol, de 30 años, afirmó que tiene 15 años consecutivos acudiendo al centro de veneración para pedirle “favores” a la virgen, que incluyen tener buena salud para ella y sus familiares.
“Para mi significa mucho estar aquí, porque es que la certeza de que las cosas que uno está esperando se puedan cumplir. Mi promesa esta vez fue la de amanecer aquí, porque no se duerme realmente. Uno se la pasa hablando y rezando”, dijo Carol.
Al lugar también acudieron, como todos los años, muchos ciudadanos haitianos identificados con vestimenta de blanco y pañuelos sobre la cabeza.
La imagen de esta advocación de la Virgen María fue traída al país en los primeros años de la colonización española a la isla y desde entonces fue creciendo entre su adoración, hasta convertirse desde hace muchos años en la principal veneración de los dominicanos.
