El Estado de la Ciudad del Vaticano ha decidido endurecer las sanciones para quienes intenten ingresar ilegalmente a su territorio, con la promulgación de un decreto el pasado 19 de diciembre.
Esta nueva medida, firmada por el Cardenal Fernando Vérguez Alzaga, presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano, establece penas más severas tanto económicas como de prisión para quienes violen las estrictas normas de seguridad del Vaticano.
Según el decreto, las multas económicas pueden variar entre los 10.000 y 25.000 euros, y las penas de cárcel van de uno a cuatro años.
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Estas sanciones se aplicarán principalmente a quienes intenten acceder al territorio vaticano mediante violencia, amenazas o engaños, eludiendo los controles fronterizos o sistemas de seguridad. Además, aquellos con permisos caducados o que no cumplan con los requisitos necesarios enfrentarán sanciones administrativas que van de 2.000 a 5.000 euros.
El documento también establece que las penas se incrementarán si el delito se comete con el uso de armas, sustancias peligrosas o disfraces. Si el acceso ilegal se lleva a cabo en grupo o en un vehículo, la pena podrá aumentar hasta en dos tercios.
Una de las novedades más relevantes de la nueva normativa es la restricción del sobrevuelo no autorizado del espacio aéreo vaticano, incluyendo el uso de drones. Las sanciones por estas infracciones pueden ser de hasta tres años de prisión, además de una multa que podría alcanzar los 25.000 euros.
Además, se contempla la posibilidad de prohibir la entrada al Vaticano durante un período de hasta 15 años a aquellos que infrinjan estas normas. Si esta prohibición se desobedece, se podrá imponer una pena de prisión de uno a cinco años. El promotor de justicia también tendrá la facultad de convocar a los infractores para que comparezcan ante el tribunal inmediatamente después de la denuncia.
La Ciudad del Vaticano, con menos de 1,000 habitantes, sigue manteniendo zonas de libre acceso como la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, aunque siempre bajo estrictos controles de seguridad. Sin embargo, hay puertas y accesos restringidos, como la Puerta de Santa Ana y la Piazza del Sant’Uffizio, que solo están disponibles para personal autorizado o aquellos con permisos especiales.
Con estas nuevas medidas, el Vaticano refuerza su seguridad y establece un control más riguroso sobre el acceso a su territorio.
ACI Prensa
Por: Itzel Olivo
