En medio del clima de incertidumbre generado por las políticas migratorias de deportaciones masivas impulsadas por el presidente electo Donald Trump, cada vez más migrantes están optando por abandonar Estados Unidos, a pesar de encontrarse en situación legal.
La retórica contra los inmigrantes durante la campaña ha sido señalada como un factor determinante que ha llevado a muchas personas a buscar nuevos destinos antes de la asunción del mandatario.
Aunque no existen cifras oficiales que registren estas salidas voluntarias, expertos en migración señalan que este fenómeno, conocido como “autodeportación”, ha ganado fuerza.
La idea detrás de este término es que las condiciones de vida para los migrantes se vuelvan tan difíciles que decidan marcharse por su cuenta, sin necesidad de acciones directas por parte del gobierno.
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Un caso que refleja esta situación es el de Michel Bérrios, una joven nicaragüense que lideró un levantamiento estudiantil contra el régimen de Daniel Ortega y que llegó a Estados Unidos en 2023 con un permiso humanitario temporal.
A pesar de estar legalmente en el país y tener casi un año más de estancia, las tensiones y el discurso antiinmigrante la hicieron revivir los traumas de persecución que experimentó en su país natal, donde tuvo que esconderse durante años para evitar represalias.
Bérrios, quien vivía en California trabajando en un taller de reparación de autos, comenzó a sentirse incómoda por los comentarios contra los inmigrantes que escuchaba a diario. Aunque regresar a Nicaragua no era una opción segura, decidió buscar un nuevo comienzo en Irlanda, país que considera más abierto y con un sistema de asilo más rápido.
En diciembre, Bérrios voló a Dublín, donde solicitó protección humanitaria. Ahora reside en un alojamiento temporal proporcionado por el gobierno irlandés, junto a otras mujeres migrantes de diversos países.
Mientras espera una entrevista en profundidad para su caso de asilo, planea inscribirse en la escuela y buscar oportunidades de empleo. Si todo marcha bien, podría obtener la residencia permanente en tan solo un año.
El caso de Bérrios es solo uno entre muchos que muestran cómo las amenazas de deportación y el ambiente hostil hacia los inmigrantes han llevado a las personas a abandonar Estados Unidos, incluso cuando contaban con la posibilidad de quedarse legalmente. Para muchos, como Michel, la decisión de partir implica sacrificios, pero también la esperanza de encontrar estabilidad y seguridad en otro lugar.
AP
Por: Itzel Olivo
