Miles de turistas, paganos, druidas y personas esperanzadas con la llegada de la primavera se dieron cita el sábado en el icónico monumento de Stonehenge para celebrar el amanecer del día más corto del año. A pesar de las nubes bajas que ocultaron el sol, la energía de los presentes fue imparable, y el lugar se llenó de vítores, tambores y cantos al romper el alba.
A las 8:09 de la mañana, justo cuando el sol debía salir sobre las gigantescas piedras del monumento, el ambiente estuvo cargado de emoción, aunque el sol no logró asomar entre las nubes invernales. Este evento marcó el solsticio de invierno, el día más corto y la noche más larga del Hemisferio Norte, en el que, en Inglaterra, se registraron menos de ocho horas de luz diurna.
Te puede interesar: Junio 2021: solsticio de verano, un eclipse solar y más
El solsticio de invierno es uno de los pocos momentos en los que los visitantes pueden acercarse directamente a las piedras de Stonehenge, lo que atrae a miles de personas dispuestas a madrugar para disfrutar de la atmósfera mística que envuelve el lugar.
Este monumento prehistórico, que data de hace unos 5.000 años y fue construido por una cultura neolítica adoradora del sol, sigue siendo un enigma en cuanto a su propósito original. ¿Era un templo, un calendario solar, un cementerio, o todo a la vez?
Investigaciones recientes de la University College London y la Universidad de Aberystwyth sugieren que Stonehenge podría haber tenido también un significado político. Esto se desprende de un descubrimiento reciente: la “piedra del altar”, que yace plana en el centro del monumento, proviene de Escocia, mientras que otras piedras fueron traídas desde las Colinas Preseli en Gales.
Este cruce de distancias geográficas sugiere que Stonehenge podría haber sido un símbolo de unificación para las diversas culturas del Reino Unido, celebrando su conexión con los ancestros y el cosmos.
Este misterio ancestral sigue cautivando a quienes se acercan a Stonehenge, un lugar donde historia, rituales y enigmas continúan entrelazándose.
AP
Por: Itzel Olivo