El teniente general ruso Igor Kirilov, asesinado este martes a los 54 años en un atentado con bomba cuando salía de su domicilio, era uno de los rostros más públicos del alto mando de la Fuerzas Armadas de Rusia y el más alto oficial militar ruso en morir en Moscú desde el inicio de la ofensiva del Kremlin en Ucrania, hace casi tres años.
El propio servicio de seguridad había declarado un día antes a Kirílov sospechoso de crímenes de guerra por haber ordenado el uso de armas químicas contra el Ejército ucraniano.
La víspera del atentado que le costó la vida, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) lo declaró sospechoso de ordenar el empleo de armas químicas contra las fuerzas ucranianas.
“Desde el comienzo de la guerra a gran escala se han registrado más de 4.800 casos de uso, por orden de Kirílov, de munición química”, señaló el SBU en un comunicado.
Una fuente anónima del SBU, citada por la agencia pública de noticias Ukrinform, reivindicó la autoría ucraniana del atentado contra Kirílov, en el también murió su ayudante. La fuente del SBU ucraniano sostuvo que “Kirílov era un criminal de guerra y un objetivo absolutamente legítimo, porque ordenó emplear armas químicas prohibidas contra los soldados ucranianos”.
Kirillov estaba sometido a sanciones de varios países, entre ellos el Reino Unido y Canadá, por su actuación en la guerra de Moscú en Ucrania.
El general, de 54 años, también participó en la creación del lanzallamas pesado autopropulsado TOS-2, que tiene un alcance de hasta 6.000 metros y es capaz de cubrir una superficie de hasta cuatros hectáreas con una andanada de sus 24 bocas.
Fue galardonado con el título de Héroe de Rusia del Trabajo, entre otras muchas distinciones.
La portavoz diplomática rusa, María Zakharova, lamentó en Telegram la pérdida de un “general intrépido que nunca se escondió a espaldas de los demás”, y luchó “por la madre patria y por la verdad”.
Armas químicas prohibidas
Se han producido asesinatos en territorio ruso con anterioridad, pero este tipo de atentados en Moscú -donde los combates en Ucrania suelen parecer lejanos- son poco frecuentes.
Sin embargo, Kirilov es el militar ruso de más alto rango asesinado.
Un día antes, Kiev había acusado a Kirillov en rebeldía de haber cometido “crímenes de guerra” contra Ucrania.
Gran Bretaña y Estados Unidos han acusado a Rusia de utilizar el agente tóxico cloropicrina contra las tropas ucranianas en violación de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ).
La cloropicrina es un líquido aceitoso de olor penetrante conocido como agente asfixiante que se utilizó ampliamente durante la Primera Guerra Mundial como gas lacrimógeno.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) prohíbe expresamente su uso.
En octubre, el gobierno británico impuso sanciones a Kirilov y a su unidad “por ayudar a desplegar estas armas bárbaras”, acusaciones que Moscú ha negado.
Rusia ha afirmado que ya no posee un arsenal químico militar, pero el país se enfrenta a presiones para lograr una mayor transparencia sobre el supuesto uso de armas tóxicas.
Ucrania acusó en junio a Rusia de aumentar los ataques en la línea de combate utilizando químicos prohibidos, y registró en noviembre más de 700 casos de su uso.
En largas sesiones informativas televisadas, Kirillov había acusado regularmente a Kiev y a Occidente de dirigir redes secretas de laboratorios biológicos que desarrollaban agentes químicos prohibidos en toda Ucrania, afirmaciones rechazadas por Occidente y por organizaciones independientes de verificación de hechos por considerarlas propaganda.
Otros atentados de alto perfil
Kirilov es la última personalidad de alto perfil rusa en morir en atentados selectivos desde que Moscú invadió Ucrania.
Darya Dugina, comentarista en canales de televisión rusos e hija del ideólogo nacionalista Alexander Dugin, vinculado al Kremlin, murió en 2022 en un atentado con coche bomba que, según sospechan los investigadores, iba dirigido contra su padre.
Vladlen Tatarsky, un popular bloguero militar, murió en abril de 2023, al explotar una estatuilla que le habían regalado en una fiesta en San Petersburgo. Una mujer rusa, que dijo haber regalado la estatuilla por orden de un contacto en Ucrania, fue condenada por el caso a 27 años de prisión.
En diciembre de 2023, Illia Kiva, ex legislador ucraniano pro-Moscú que huyó a Rusia, fue asesinado a tiros cerca de Moscú. La inteligencia militar ucraniana celebró el asesinato y advirtió de que otros “traidores de Ucrania” correrían la misma suerte.
El 9 de diciembre, se colocó un artefacto explosivo debajo de un coche en la ciudad ucraniana de Donetsk, ocupada por Rusia, dirigido al parecer contra Sergei Yevsyukov, ex director de la prisión de Olenivka, donde murieron decenas de prisioneros de guerra ucranianos en un ataque con misiles en julio de 2022. Otra persona resultó herida en la explosión. Las autoridades rusas dijeron haber detenido a un sospechoso del ataque.