El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, invitó al presidente chino, Xi Jinping, a asistir a su toma de posesión el próximo mes.
Tras una campaña presidencial en la que Trump prometió imponer una serie de elevadas tarifas a las importaciones chinas, una invitación a la toma de posesión del 20 de enero sería una señal de que las dos mayores economías del mundo aún pueden mantener la comunicación e incluso cooperar.
La asistencia de Xi no tendría precedentes en muchos sentidos: ningún dirigente chino ha asistido a una toma de posesión en EE.UU. a la que suelen asistir embajadores, además de legisladores estadounidenses y el público en general. De hecho, ningún jefe de Estado extranjero ha asistido a una toma de posesión en al menos un siglo, según los registros del Departamento de Estado que se remontan a 1874.
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