Por: Jesús Peguero
Tres meses desaparecida cumplirá Tamara López Pérez, el próximo 20 de diciembre, sin que hasta el momento su familia, las autoridades y amigos puedan saber de su paradero.
La angustia, la zozobra y la incertidumbre siguen presentes en el hogar de la joven sordomuda, de 31 años, quien salió el 20 de septiembre con su novio, Yomar Matos, supuestamente a divertirse, con el fin de pasar un momento de placer, sin que todavía haya regresado.
Aunque no se ha podido establecer con exactitud si fue su novio la persona que la desapareció, se sabe que éste salió con su comprometida, no la regresó a su casa y por el caso estuvo detenido e interrogado por las autoridades policiales y judiciales.
Para algunos el caso resulta algo extraño, ya que Yomar, el principal sospechoso, tras ser interrogado por las autoridades se suicidó, cinco días después de la desaparición, disparándose a la cabeza con un revólver calibre 38, de procedencia desconocida, en el patio de un taller de mecánica en el sector El Quisqueya, en Azua.
N Digital se trasladó en este día al distrito municipal de Los Negros para conversar con Aleyda López, la madre de Tamara, para ver si podíamos de obtener algunas evidencias nuevas y esperanzadoras sobre el paradero de su pariente; pero según sus familiares, las investigaciones de las autoridades no han sido aplicadas con la debida atención que amerita el caso.
Su madre, la señora López, refugiada en su angustia dice que decidió visitar la iglesia, un lugar que le ha servido de consuelo durante todo este tiempo.
“Yo me convertí y cuando voy a la iglesia solo oro por ella”, expresó.
Al mirarle a sus ojos, para tratar el tema, sabíamos que era imposible que la dama aguantara las lágrimas al referirse a su hija, a quien recuerda con su hermosa sonrisa y con su forma de alegrarle la vida con sus muchas concurrencias.
Su fe y las ganas de volver a abrazarla es lo único que mantiene en pie a esta madre desconsolada, cuya hija está desaparecida desde el 20 de septiembre pasado, hace casi tres meses.
“Yo tengo momentos que sonrío por un rato, para ver si olvido, pero no es posible; siento un dolor tan inmenso, que a veces digo Dios dame fuerza”, manifiesta, con evidente congoja.
Los seres queridos de la desaparecida sordomuda coinciden en hacer un llamado a los investigadores del caso, para que avancen y puedan dar con ella; pues han transcurrido estos meses y no ¿sabemos qué pasó, ni dónde está?.
La versión de las autoridades
“Frente al hecho, nosotros hemos lamentado que a pesar de nuestros esfuerzos, incluso, usando perros rastreadores (mantrailers), no se ha dado con el paradero de la joven”, dijo la coronela María Isabel Gil.
Aseguró que las autoridades han mostrado tanto interés, que solicitaron a la compañía telefónica la extracción de datos del teléfono del occiso, con el objetivo de obtener cualquier información que pudo ser borradas de su móvil.
Pero seguiremos trabajando día y noche, con el deseo de dar con esta criatura de Dios, dijo la oficial.