Los plásticos, omnipresentes en la vida moderna, son uno de los principales contaminantes que generamos, cuyas micropartículas pueden llegar a nuestro organismo a través de cosméticos y envases que usamos todos los días, entre otros productos. No obstante, hay una importante fuente que pasa desapercibida y representa desafíos toxicológicos únicos.
Los microplásticos provenientes de los neumáticos, generados por el desgaste de la conducción normal, representan hasta un 30 % de estas pequeñas partículas encontradas en los océanos, según un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. No obstante, un informe del Centro de Investigaciones Pew eleva este porcentaje al 78 %.
Consecuencias inesperadas y de largo alcance
Se estima que cada año millones de automóviles en todo el mundo arrojan alrededor de 6 millones de toneladas de fragmentos de neumáticos, que también pueden ser encontrados en ríos, lagos y en el suelo. Dado que las partículas de las cubiertas suelen estar formadas por una compleja mezcla de cauchos sintéticos y naturales, junto con cientos de aditivos químicos, las consecuencias para el medioambiente y nuestra salud pueden ser inesperadas y de largo alcance.
Uno de los componentes del neumático, el óxido de zinc, esencial para que el producto sea más duradero, es altamente tóxico para los peces y otras formas de vida acuática y altera los ecosistemas incluso en cantidades mínimas. Otro aditivo nocivo es una sustancia química conocida como 6PPD, que protege las gomas contra el agrietamiento. Cuando se expone al aire y al agua, se transforma en 6PPD-quinona, un compuesto vinculado a la muerte masiva de peces en EE.UU.
Incluso, un reciente estudio de la universidad china de Jinan, encontró sustancias químicas derivadas de los neumáticos en la mayoría de las muestras de orina humana en el sur de China. “Teniendo en cuenta que el 6PPD-Q es un tóxico letal para múltiples especies acuáticas, los posibles riesgos para la salud humana que plantea su exposición a largo plazo requieren atención urgente”, alerta el trabajo.
Amenaza desapercibida
A pesar de la magnitud del problema, las partículas desprendidas de los neumáticos pasan desapercibidas y a menudo se las agrupa con otros microplásticos. “Necesitamos urgentemente clasificar las partículas de los neumáticos como una categoría de contaminación única”, defiende el científico ambiental Henry Obanya en una columna publicada esta semana en The Conversation.
El experto destaca que tal cambio de enfoque no solo podría ayudar a desarrollar políticas diseñadas específicamente para mitigar este tipo de polución, sino que permitiría que la gente común pueda comprender la magnitud de esta amenaza ambiental.
Por su parte, los especialistas en la industria automotriz Nick Molden y Felix Leach abogaron por imponer a los fabricantes impuestos basados en el peso de los vehículos, puesto que este hace que las ruedas se desgasten más rápido y generen más partículas microplásticas.
Fuente: Actualidad RT