Un poderoso huracán de categoría 4 comenzó a atravesar las islas orientales del Caribe el lunes, tocando tierra en Carriacou, una pequeña isla al norte de Granada, según explicaron las autoridades.
El primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, declaró en una rueda de prensa difundida a través de las redes sociales que Carriacou había sido “arrasada” en tan solo media hora, y que las autoridades también esperaban daños “extremos” en la vecina isla de Pequeña Martinica.
Se informó de una muerte en la capital de Granada, Saint George, tras caer un árbol sobre una casa. “Esto nos afecta de lleno”, dijo Mitchell. “La persona fallecida es, de hecho, familiar de una de las personas que pasaron las últimas 36 horas con nosotros aquí, en el Centro Operativo Nacional de Emergencias”.
No había electricidad en Carriacou y Pequeña Martinica y las comunicaciones eran difíciles, de acuerdo con las autoridades.
Mitchell señaló que el martes por la mañana se conocería la extensión total de los daños en Carriacou y Pequeña Martinica, agregando que se trasladaría a Carriacou en cuanto fuera seguro hacerlo.
“Hubo devastación por todas partes”, declaró el primer ministro. “Por eso anticipamos que habrá que pasar rápidamente al modo de evaluación de daños y de recuperación y estabilización”.
También han surgido los primeros informes de daños en la capital de Granada, luego del paso de la tormenta sobre la isla principal. El tejado de una estación de policía fue arrancado y un hospital tuvo que evacuar a los pacientes a un nivel inferior luego de que su tejado sufriera daños.
Beryl fue una anomalía en lo que ya es una temporada de tormentas inusualmente activa que se extenderá hasta finales de noviembre. Según los meteorólogos, es el tercer huracán de gran intensidad que se produce en el océano Atlántico en junio, y la primera vez que un huracán de categoría 4 se materializa tan temprano en la temporada.
“Increíble se queda corto. En realidad, este huracán es otra cosa”, escribió Noah Bergren, un meteorólogo del canal Fox 35 Orlando en Florida, en X. “Será una tormenta que se mueva rápido, pero durante unas horas será el infierno en la Tierra”.
La tormenta también fue histórica debido a la rapidez con la que pasó de ser una depresión tropical a convertirse en un huracán mayor: tan solo 42 horas, un resultado directo de que las temperaturas de la superficie del mar hayan estado por encima de la media. Un crecimiento así de veloz solo se ha registrado en seis ocasiones anteriores en la historia de los huracanes del Atlántico.
El lunes, las autoridades de Barbados declararon que la isla se había librado de lo peor de Beryl.
Mia Mottley, primera ministra de Barbados, declaró en una transmisión nacional desde el centro de operaciones de emergencia de la isla que posiblemente se habían hundido hasta 20 barcos pesqueros, incluyendo dos populares cruceros. Sin embargo, agregó, “esto podría haber sido mucho peor para nosotros”.
Mottley dijo que hasta ahora se sabe que unas 40 viviendas han sufrido daños estructurales o en los tejados, aunque se espera que esa cifra aumente a medida que más de 400 residentes salgan de los refugios y regresen a sus hogares.
La población del Caribe oriental comenzó a prepararse para la tormenta desde el fin de semana. Algunos salieron a adquirir provisiones de último minuto.
“Los huracanes no son algo que nos tomemos a la ligera como familia”, comentó Fleur Mathurin, quien vive en Santa Lucía. Algunas áreas de la isla estaban experimentando apagones. “Como mi familia, mis abuelas, mis bisabuelos, pasaron por los huracanes Allen y Gilbert, siempre nos están hablando de esto”.
Según el Centro Nacional de Huracanes, el lunes por la tarde se esperaba que la tormenta siguiera avanzando por el Caribe y llegara a Jamaica en posibles condiciones de huracán el miércoles.