Desajuste en la logística de seguridad, un vigilante que laboró solo ese día sustituyendo a un compañero ausente y el desarme, media hora antes, de único seguridad autorizado para portar arma de fuego, caracterizaron el ambiente previo al asalto a una sucursal del Banco Popular.
Durante el interrogatorio el seguridad Rafael Emilio Matos Riña detalló que el en el momento del asalto, no contaba con su arma de fuego, ya que las mismas le fue retirada media hora antes del robo, por el supervisor de la compañía de seguridad.
Lo habitual o protocolar es que los agentes de seguridad bancaria, se les retiren las armas de fuego asignadas, a la 5:00 de la tarde, cuando se produce el cierre.
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El miembro de la seguridad explicó que a las 4:00 de la tarde, el supervisor, identificado como Bello, pasó por el arma y se la llevó, violando el protocolo de la empresa de seguridad que establece que las armas deben de ser recogidas luego de haber cerrado la entidad bancaria.
“Es que él siempre va a las 4:00 p.m., a retirarla y yo le he dicho que es muy temprano para entregarle el arma, porque siempre tengo clientes dentro del banco”, mencionó el seguridad durante el interrogatorio.
Matos también dijo que el día del atraco, su compañero de labores no se encontraba en su puesto de trabajo, ya que había pedido permiso para ir a una cita médica.
“El que siempre está conmigo se llama Niño, pero estaba de permiso ayer, porque estaba para el médico, y el seguridad que estaba ayer se llama Pablo”, dijo el miembro de la seguridad.
Además, detalló que en el instante del robo el agente que debía de estar en la puerta, se encontraba en el baño, por lo que no pudo ver a los atracadores.
“Pablo estaba afuera, y cuando yo le pregunté que donde él estaba, me dijo que estaba en el baño”, aseveró.