Al menos 208 personas fueron asesinadas en Haití entre enero y marzo, entre ellas 13 policías, otras 158 resultaron heridas, y se registraron 5 ataques armados, según el último informe publicado este miércoles por la ONG Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos (Rnddh).
Los cadáveres de 55 de estas víctimas, incluido el de un policía, fueron descubiertos en Puerto Príncipe, Delmas y Pétion-ville por residentes locales.
Se registraron al menos cinco ataques armados en Beudet, en Croix-des-Bouquets, Bel-Air, La Saline, Pernier y Ganthier, según el informe titulado ‘Situación catastrófica de los derechos humanos de enero a marzo de 2024: el RNDDH da la voz de alarma’.
Durante los tres primeros meses de 2024 se registraron numerosos casos de secuestro, y nueve manifestaciones fueron duramente reprimidas por agentes de la Policía Nacional de Haití (PNH), durante las cuales murieron al menos cuatro manifestantes y 15 personas resultaron heridas, entre ellas ocho periodistas, agregó el informe.
Al menos 64 mujeres y niñas fueron víctimas de violencia sexual, incluidas violaciones colectivas, según los datos combinados de la Rnddh que, aclaró, no son exhaustivos.
Asimismo, 83 instituciones y/o comercios privados y públicos fueron atacados, vandalizados o incendiados en Puerto Príncipe y municipios vecinos, entre ellos 19 comisarías de policía, cinco juzgados de paz y un tribunal de primera instancia.
Los bandidos controlan la capital
Durante el período cubierto por este informe se registraron al menos 13 puestos de peaje instalados por grupos armados, seis de los cuales se encontraban en las comunas de Puerto Príncipe y Cité Soleil, y los otros siete se instalaron en las carreteras nacionales o cerca de ellas.
Numerosas casas de ciudadanos fueron saqueadas e incendiadas, sobre todo en Puerto Príncipe y Delmas.
Miles de víctimas de la inseguridad que se encontraban en campamentos han tenido que refugiarse en otros lugares, incluso nuevos campamentos surgidos. Se registraron dos fugas de cárceles y una evasión de una comisaría.
Desde el 29 de febrero de 2024, en particular, con el pretexto de que las coaliciones de bandas armadas G-9 an Fanmi e Alye y G-pèp, agrupadas en torno a una nueva federación llamada ‘Viv Ansanm’ (‘Vivir Juntos’), dirigen una “revolución”, los bandidos armados matan, violan y secuestran a numerosas personas, pisoteando los derechos de la población e imponiendo el terror.
“Siguen extorsionando a la población a través de sus peajes, violando el derecho a la libre circulación de todos los haitianos en el territorio nacional y obstaculizando la circulación de bienes y servicios”, según la ONG.
Connivencia entre bandas y la Policía
La organización reiteró su posición de que las bandas nunca habrían podido ser tan poderosas sin los lazos de connivencia que mantienen con las autoridades del Estado y parte del sector empresarial privado, y sin la garantía de impunidad de la que gozan desde hace varios años.
El cuerpo de policía se enfrenta desde hace tiempo a enormes dificultades. La PNH opera de manera disfuncional por la falta de liderazgo de su jerarquía, algunos de cuyos miembros tienen vínculos de connivencia con grupos, expuso la ONG.
Los hospitales y centros de salud ya no pueden funcionar debido a la inseguridad, la falta de suministros y la escasez de combustible y medicamentos. Las autoridades sanitarias se limitan a evaluar los daños, sin proponer ninguna solución.
El primer trimestre de 2024 fue catastrófico en términos de respeto de los derechos humanos. Pero, en realidad, desde que el primer ministro, Ariel Henry, asumió en 2021, la inseguridad, la impunidad, la banalización de la vida y la falta de respeto a los derechos humanos están a la orden del día, según la organización no gubernamental.