Jerusalén (AP) — Familiares de los rehenes que continúan bajo el poder de Hamás protestaron frente a la casa del primer ministro de israelí, Benjamín Netanyahu, mostrando su frustración por la aparente falta de avances gubernamentales para la liberación de los más de 100 cautivos, mientras la guerra en Gaza se alarga.
Un grupo que representa a las familias de los rehenes señaló que habían “suplicado durante 105 días” y ahora exigen que el gobierno muestre su liderazgo y tome medidas audaces para liberarlos.
AP/Foto: Leo Correa
Entre tanto, un miembro del gabinete de guerra israelí apuntó en la víspera que un alto el fuego es la única vía para garantizar la liberación, un comentario que suponía una crítica a la actual estrategia oficial.
La protesta en el exterior de la casa del primer ministro y las declaraciones de Gadi Eisenkot son algunos de los indicios de las crecientes discrepancias en Israel acerca del rumbo que está tomando la guerra, que inició en octubre.
El liderazgo de Israel enfrenta presiones contradictorias. Netanyahu, presionado por apaciguar a los miembros de su coalición gobernante de derecha intensificando la guerra contra Hamás, también debe lidiar con los llamados a la moderación por parte de su aliado Estados Unidos y de las familias de los rehenes, que temen que la escalada de la actividad militar ponga en peligro aún más la vida de los cautivos.
Netanyahu ha dicho que busca la “victoria total” contra Hamás, pero no ha explicado cómo la conseguirá.
Los contrarios a Netanyahu lo acusan de aplazar cualquier discusión sobre los escenarios de la posguerra para Gaza para evitar posibles conflictos que puedan desintegrar su coalición de gobierno de ultraderecha.
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Israel lanzó su guerra contra Hamás tras la incursión sin precedentes del grupo insurgente en el sur de Israel el 7 de octubre en la que murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y unas 250 más fueron tomadas como rehenes. Las autoridades sanitarias gazatíes, controladas por Hamás, dicen que la ofensiva ha matado a cerca de 25.000 palestinos, en su mayoría mujeres y menores.
La campaña militar, que es una de las más destructivas de la historia reciente, ha pulverizado gran parte del sitiado enclave palestino y obligó a más del 80% de sus 2,3 millones de habitantes a abandonar sus hogares. El bloqueo israelí sobre el territorio, que permite apenas la entrada de un goteo de ayuda extranjera, ha derivado en hambre generalizada y brotes de enfermedades, según funcionarios de Naciones Unidas.
Netanyahu ha insistido en que la única forma de lograr la vuelta de los rehenes es derrocar a Hamás por la vía militar. Pero los familiares de quienes siguen retenidos han intensificado su campaña para lograr un acuerdo que suponga su liberación.
Más de 100 rehenes, en su mayoría mujeres y niños, regresaron al país durante el breve alto el fuego de noviembre en un canje por mujeres y menores palestinos encarcelados en Israel. Las autoridades israelíes afirman que en Gaza hay todavía más de 130 rehenes, pero se cree que solo 100 seguirían vivos.