Luego de abandonar la Comisión Ballenera Internacional (CBI), entidad encargada de la regulación de la pesca del mamífero, ocho barcos balleneros zarparon este lunes de los puertos japoneses de Shimonoseki y Kushiro con el fin de capturar nuevos ejemplares.
La ciudad de Tokio, autorizó hasta finales de este año la caza, luego de que desde 1988 fueran impuestas moratorias a las capturas comerciales de ballenas.
“Me gustaría que a partir de hoy los balleneros capturaran ballenas respetando la cuota y que apuntaran a la reactivación de la industria ballenera”, ha pronunciado el ministro de Pesca, Takamori Yoshikawa, en Shimonoseki.
El número autorizado para la caza comercial es de 227 ejemplares de cetáceos de varias especies, aunque con anterioridad capturaban unos 400 ejemplares al año con supuestos fines de estudio científico.
El ministro y portavoz del gobierno, aseguró que la caza de ballenas se llevará a cabo conforme al derecho internacional y de acuerdo a los límites de captura calculados según el método por la CBI para evitar un impacto negativo.