Las ONG Human Right Watch y TRIAL publicaron hoy un informe en el que denuncian que el expresidente de Gambia Yahya Jammeh (1994-2017), actualmente exiliado en Guinea Ecuatorial, desarrolló un “sofisticado sistema” en el que utilizó las instituciones públicas y una elaborada red de funcionarios para tener relaciones sexuales.
“No hay ninguna mujer que yo no pueda tener”: Esas fueron las palabras que el expresidente de Gambia Yahya Jammeh dijo a Toufah Jallow cuando tenía 18 años, antes de golpearla, insultarla, inyectarle un líquido y violarla, según su testimonio.
Toufah Jallow sufrió esta violación en 2014, tras ser elegida reina en el concurso de belleza de Gambia organizado por el Estado, un evento que Jammeh describió como “una forma de empoderar a las jóvenes” en el que hablaban de cuestiones que afectaban a sus comunidades y había becas para que pudieran estudiar en el extranjero y regresar al país para contribuir en su desarrollo.
Tras el concurso, Jallow fue invitada al Palacio Presidencial y Jammeh comenzó a acercarse a ella interesado por su proyecto de interés comunitario, hasta que un día le propuso matrimonio y ella se negó.
Finalmente, en una lectura del Corán previa al Ramadán en el Palacio Presidencial a la que la llevaron asistentes del presidente, Jammeh la encerró en su cuarto, según este informe.
El caso de Jallow no es el único. Durante su investigación, otras tres mujeres contaron a HRW que habían sufrido actos coercitivos, engañosos y violentos por parte de Jammeh y algunos de sus colaboradores, así como represalias si lo rechazaban.
HRW pudo hablar también con cinco exfuncionaros que aseguraron que Jammeh les ordenó a ellos y otras personas que obtuvieran los números de teléfono de determinadas mujeres que él seleccionaba.
También indicaron que tuvo relaciones sexuales con mujeres soldados asignadas para su protección personal, así como con otras empleadas públicas que trabajaban a su servicio.
Desde HRW consideran que Jammeh se habría acostado con centenares de mujeres, pero que habría que distinguir los casos de sexo consentido, las relaciones a cambio de dinero y las violaciones.
“Los guardaespaldas que han hablado con nosotros nos han contado que todas las noches les llevaban mujeres jóvenes y que algunas salían llorando”, dijo a Efe en Dakar Marion Volkmann-Brandau, la principal investigadora de este informe.
“Había un sistema bien hilado, un patrón: en un primer momento él era totalmente encantador, carismático; se pasaba las tardes viendo documentales de animales con ellas y se hacía querer. Para una chica de 18 años que pasa la tarde con el presidente cenando y viendo la tele, es agradable”, explicó Volkmann-Brandau.
“Solo que él no aceptaba que le dijeran ‘no’ y ahí comenzaba las amenazas. En el caso de Toufah no fue solo una violación sino que además es premeditada, él tenía una jeringa en la mano cuando ella llegó. Es un espíritu sádico y enfermo que planifica su violación”, añadió Volkmann-Brandau.
Según explicó en rueda de prensa el investigador de HRW, Reed Brody, Jammeh daba a las mujeres “dinero, regalos, becas y otros privilegios si tenían sexo con él”.
“Era rico y tenía recursos para presionar a las chicas. En algún momento estas chicas han podido pensar que no tienen futuro salvo si tienen a alguien poderoso y generoso que podía ayudarles, como una especie de patrocinador”, explicó Volkmann-Brandau.
“Creemos -continúa la investigadora- que hemos descubierto la punta del iceberg y esperamos que con los testimonios de Toufah Jallow y Fatoumatta Sandeng otras hablen, pero es muy difícil justo por esto; mucha gente tiene la impresión de que ellas lo han querido, que lo han buscado y que estaban contentas de recibir esos privilegios”.
Yayha Jammeh fue presidente de Guinea desde 1994 hasta enero de 2017, cuando fue vencido en las elecciones por el actual presidente Adama Barrow, y actualmente está exiliado en Guinea Ecuatorial.
El régimen de Jammeh se caracterizó por abusos generalizados, que incluyeron desapariciones forzosas, ejecuciones extrajudiciales, actos de violencia sexual, tortura y detenciones arbitrarias, y excentricidades, pues aseguraba que podía curar el VIH.
“Jammeh está muy protegido, lo vemos en vídeos bailando con (Teodoro) Obiang (presidente de Guinea Ecuatorial), asistiendo al funeral de su hermano, y tenemos que mostrarle a Obiang que no se puede proteger a alguien que es un supuesto torturador, asesino y violador”, dijo a EFE Reed Brody.
“En los próximos años – agregó – se pedirá su extradición y nuestro propósito es que el resto de países de África occidental, cuyos ciudadanos también fueron víctimas de Jammeh, hagan una demanda conjunta para que tengamos más posibilidades”.