Se llama “tramadol”, es un potente analgésico de la familia de los opioides cuya producción y venta ilegal de ha disparado y amenaza con causar una crisis de salud pública en África, advierte la ONU en un informe publicado hoy.
El tramadol proporciona los efectos analgésicos típicos de los opiodes al tiempo que actúa como estimulante.
Así, hay quien los consume por sus efectos relajantes, para mejorar el rendimiento intelectual y físico, quitar el hambre y las necesidades de dormir, prolongar la actividad sexual, generar euforia o como sustituto de la heroína.
“Esto hace al tramadol atractivo para amplios sectores de la sociedad, incluyendo estudiantes durante los exámenes y conductores de autobús y taxi en una serie de países en desarrollo que, de otra forma, no usarían opioides”, señala el Informe Mundial sobre Drogas, que difundió la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito.
Esta oficina de la ONU advierte de que, aunque esta droga no ha recibido tanta atención mediática como otras sustancias como el fentanilo, responsable de una epidemia de sobredosis en EEUU, es un peligro que “requiere igualmente la atención internacional”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el uso no médico del tramadol “tiene el potencial de precipitar el abuso y la dependencia de la droga”.
El informe indica que el mercado de este opioide sintético se ha expandido rápidamente, no sólo por África Occidental y Central, sino también por Oriente Medio.
De hecho, las incautaciones de esta sustancia en todo el mundo han pasado de diez kilos en 2010 a 125.000 en 2017.
El tramadol para uso no médico es elaborado ilegalmente en el Sudeste Asiático y traficado luego a las zonas de mayor consumo.
En Nigeria cuatro millones de personas, un 4 % de la población adulta total, probó esta droga al menos una vez en 2016.
En este país, casi el 80 % de los usuarios de opioides gastan cada día 3,6 dólares (3,1 dólares) en opioides farmacéuticos, menos de la mitad de lo que gastan los usuarios de heroína.
En Egipto el tramadol es ya la segunda droga más consumida entre los alumnos de secundaria y también se ha detectado un extendido uso de esta droga en Irán y Palestina.
“El uso no médico de opioides en África es un grave problema” alerta Angela Me, la principal autora del informe.
Según Me, se ha desarrollado un mercado propio de producción y venta ilegal de tramadol, con dosis mucho más altas de las del producto farmacéutico que se adquiere con receta.
De hecho, la ONU señala que la facilidad con el que se adquiere, su menor precio y la noción, especialmente entre los jóvenes, de que al ser un medicamento y venir empaquetado como tal es menos peligroso explican su elevado uso.
El informe señala que el caso del tramadol es un ejemplo del difícil equilibrio en los países en vías de desarrollo entre la necesidad de disponer y regular la oferta de medicamentos eficaces, al tiempo que se evita el abuso y se lucha contra el crimen organizado. EFE